Los tres integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) que permanecían recluidos en el Penal del Altiplano en Almoloya de Juárez, llegaron durante la madrugada al centro de esta localidad.
Liberados tras la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que les otorgó un amparo contra el delito de secuestro equiparado, Ignacio del Valle, Felipe Álvarez y Héctor Galindo llegaron a su pueblo, en el oriente del Valle de México, alrededor de las 4:00 horas de este viernes.
En el lugar y a pesar de la hora, unas 500 personas esperaban su llegada en el auditorio Emiliano Zapata, acompañados de los otros nueve integrantes del FPDT que también fueron presos en 2006, pero recluidos en el Penal estatal Molino de Flores, en Texcoco, quienes fueron liberados la noche del miércoles, cuando lo ordenó la SCJN.
La encargada de recibir a los líderes e integrantes del movimiento social fue María Trinidad Ramírez, esposa de Ignacio del Valle, quien destacó que la comunidad nunca perdió la esperanza de lograr la libertad de quienes fueron encarcelados hace cuatro años.
Advirtió que, a pesar del movimiento social que realizaron en mayo de 2006 en apoyo a un grupo de floristas en Texcoco, los campesinos de San Salvador Atenco no debían ser encarcelados y perseguidos.
La ausente en el festejo fue la hija de ambos, América del Valle, quien apenas el pasado 24 de junio acudió a la embajada de Venezuela para solicitar asilo político, pues acusó una persecución en su contra, debido a que cuenta con dos órdenes de aprensión por los hechos violentos de mayo de 2006.
Para este viernes, en San Salvador Atenco se espera una serie de celebraciones y pronunciamientos por parte de los líderes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra en el centro de este municipio.
Los 12 habitantes de San Salvador Atenco fueron detenidos en mayo de 2006, después de que se suscitara una serie de enfrentamientos entre campesinos del municipio y autoridades municipales y estatales, cuando los primeros apoyaron a un grupo de vendedores de flores.
Ahí, las autoridades denunciaron la retención ilegal de funcionarios para ejercer presión y lograr la presencia de funcionarios de alto nivel del Estado de México, lo que calificaron de secuestro equiparado.
Por su parte, los campesinos denunciaron violaciones a algunas mujeres que participaban en el movimiento y uso excesivo de la fuerza pública en general, tras ser golpeados por elementos de la entonces Policía Estatal y la Policía Federal.
No hubo policías estatales ni federales detenidos, tampoco funcionarios públicos por uso excesivo de la fuerza pública; a los detenidos de Atenco los sentenciaron a penas de 30 a 67 años de prisión; Del Valle fue condenado a 112 años.