lunes, julio 19, 2010

El retorno de América del Valle cierra ciclo de lucha en Atenco

“Mi libertad no es un obsequio de las autoridades ni de la SCJN”

Denuncia engañoso proyecto de Conagua para comprar sus tierras

Javier Salinas y Matilde Pérez
Corresponsal y enviada
Periódico La Jornada

San Salvador Atenco, 18 de julio. Con el regreso de América del Valle Ramírez y Adán Espinosa Rojas al pueblo de San Salvador Atenco, el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) cerró un ciclo de casi nueve años de resistencia y lucha en defensa de las comunidades del lago de Texcoco.

Días antes la totalidad de los dirigentes e integrantes del movimiento atenquense quedaron exculpados de todo procedimiento penal, lo que propició el retorno de Del Valle y Espinosa.

Ayer América y Adán, que desde mayo de 2006 se mantenían en el exilio forzado, regresaron “a su pequeño pedacito de tierra”. Al ser recibidos por la comunidad, sostuvieron que los campesinos no permitirán el engaño que representa el proyecto de la Comisión Nacional del Agua de compra de tierras para un presunto rescate ecológico.

“Desde 1573 han tratado de arrebatarnos nuestra madre tierra. Ahora ya podemos decir que ya aprendimos, que organizado y unido el pueblo puede detener los planes gubernamentales con los que quieren acabarnos.”

Acompañada por sus padres –Trinidad Ramírez e Ignacio del Valle–, América apuntó que su libertad representa una fortaleza y un aliento para los demás movimientos sociales: el del Sindicato Mexicano de Electricistas, el minero, San Juan Copala, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y el EZLN, entre otros.

Con una valla desplegada desde la carretera federal Texcoco Lechería hasta el templete en la explanada principal, pobladores y activistas recibieron a América y Adán, a quienes de inmediato les colocaron el paliacate rojo y les dieron su machete, símbolos de la resistencia campesina.

Cañonazos y cohetones fueron lanzados de bienvenida. Al subir al templete frente al auditorio ejidal, donde está el mural en honor a la lucha zapatista, América puntualizó que siempre tuvo la certeza de que regresaría a esta plaza “ensangrentada en mayo de 2006 por los represores del gobierno, sitio de la dignidad, la justicia y la razón”. Recordó a Alexis Benhumea, Javier Cortés y Enrique Espinosa, muertos durante los nueve años de lucha, y destacó que espera que su libertad sirva de “fortaleza y aliento para Cayetano”, el ingeniero del SME que lleva 85 días en huelga de hambre en el Zócalo de la ciudad de México.
Agradeció a la embajada de Venezuela en México –de donde salió ayer, luego de permanecer 24 días con una petición de asilo político–, así como el apoyo de organizaciones de España, Italia, Alemania y Francia, entre otras. “Mi libertad no es un obsequio ni una concesión de las autoridades ni de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sino resultado de la lucha y decisión del pueblo atenquense, y de la constancia y paciencia de los presos políticos.

“Estos cuatro años de exilio deben servir al movimiento social de lección para seguir luchando y resistiendo, para continuar en la unidad, porque no tenemos otra opción más que nosotros, pues el golpe viene del mismo que nos reprimió”, expuso.

Exhortó a las organizaciones sociales y a los estudiantes universitarios a luchar, ya que hay muchas actividades por realizar. “Vengo a reintegrarme a las tareas y al trabajo, porque es mucho. La lucha no se acaba; pongo mis manos a disposición de mi pueblo, no tengo otra cosa más que mi trabajo y mi decisión firme.”

Por su parte, Adán Espinosa sacó su alma campesina: “regresaré a mi nopalera; cuando regreso a la madre tierra me lleno de su perfume de grandeza, de su aliento que dice: ¡hijo, puedes cultivar lo que quieras!”

Trinidad Ramírez señaló: “Estamos libres del terrorismo, de la incertidumbre y del miedo, de todo lo que nos envolvió”.

Ignacio del Valle concluyó: “la libertad de nuestro espíritu nunca la podrán encerrar”. Y destacó que las mujeres mantuvieron vivo el movimiento.