Alma E. Muñoz
Periódico La Jornada
El abogado de América del Valle, Leonel Rivero, consideró que para el sobreseimiento en el juicio de su defendida hay dos valoraciones, la jurídica y la política, donde resalta que, a la larga, el estado de México iba a perder el caso, luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación no encontró elementos que sustentaran el delito de secuestro equiparado imputado a los integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra desde hace cuatro años.
Informó que será hoy cuando conozca la resolución en favor de América del Valle y el camino que seguirán. “No quiero precipitarme hasta no tener pleno conocimiento del desistimiento”, indicó en entrevista.
Lo cierto es que al imputársele el mismo delito por el cual fueron liberados los 12 atenqueses ya liberados por mandato de la Corte, “jurídicamente le iba a ser insostenible al Ministerio Público seguir sustentando esa acusación contra América durante el proceso… Ya hay un precedente, en algún momento iba a impactar”.
Pensemos, explicó el abogado, que América se hubiera entregado e inician el proceso; “lo lógico es que iban a dictarle auto de formal prisión, nosotros presentaríamos un amparo y, con el precedente (de la Corte), es evidente la posibilidad de que fuera favorable”.
Aquí, sostuvo, definitivamente hubo dos valoraciones: la jurídica y la política, porque las cosas cambiaron desde la resolución de los ministros.
Leonel Rivero se tomó con reservas la información difundida este martes, y dijo que será hasta hoy cuando tenga todos los elementos para conocer la situación real de su defendida, a partir de la resolución del juez de la causa. “Se ve que es un cálculo (político), pero más allá de esta situación no podemos adelantar”.
Resaltó que siempre mantuvo su confianza de que a América del Valle se le retiraran los cargos imputados, y recobre plenamente su libertad.
En una carta dirigida al pueblo de México, en junio pasado, la joven explicó que pidió a Venezuela asilo político “después de cuatro años de incesante persecución política en mi contra, de no poder salir a la calle ni ver a mis seres queridos, de no poder volver a mi casa ni a mi pueblo.
“Cuatro años que han sido de amedrentamiento pero también de indoblegable resistencia. Tengo varias órdenes de aprehensión en mi contra, todos los amparos que he solicitado han sido rechazados por el Poder Judicial. Para mí no hay opciones”, señaló antes de que la Corte emitiera la resolución que les dio la libertad a los presos de Atenco.