sábado, septiembre 28, 2019

Ayotzinapa: a mis 43 hermanos

M
e llamo Aquilino, soy originario de la Montaña Alta de Guerrero, de origen indígena y de padres campesinos. Las oportunidades de estudio son escasas en nuestra región, por ello, quienes deseamos seguir estudiando, nos vemos en la necesidad de salir.
Por fortuna encontré mi mejor lugar para estudiar en la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, Guerrero, que durante más de 93 años ha brindado la oportunidad de estudio a los hijos de campesinos, obreros y maestros. Una escuela de pobres y para pobres, que, por exigir nuestros derechos, como el acceso a la educación, somos reprimidos, estigmatizados, perseguidos, asesinados y encarcelados, por malos gobiernos de nuestro país.
Ahí aprendí a no agachar la cabeza, ni dejarme pisotear y, como decía el maestro Lucio Cabañas Barrientos, ser pueblo, hacer pueblo y estar con el pueblo. En Ayotzi aprendí que la solidaridad es antes que el bienestar personal, me inculcó además tener empatía con los más pobres, asumir el compromiso de llevar educación a los lugares más apartados y luchar por la libertad de expresión y la de los presos políticos.
Ayotzinapa ha sido reprimida un sinfín de ocasiones, basta recordar aquel 12 de diciembre de 2011, en la Autopista del Sol donde fueron asesinados Gabriel Echeverría de Jesús y Jorge Alexis Herrera Pino. El 7 de enero de 2014, Freddy Fernando Vázquez Crispín y Eugenio Tamarit Huerta, fueron atropellados mientras boteaban en la comunidad de Buenos Aires del municipio de Atoyac de Álvarez en la Costa Grande de Guerrero. Jonathan Morales Hernández y Filemón Tacuba Castro perdieron la vida el 4 de octubre de 2016 en un presunto asalto, acontecimientos que han quedado en la impunidad.
Jamás voy a olvidar el 26 de septiembre de 2014, cuando desaparecieron a 43 compañeros de mi amada escuela, todos alumnos de nuevo ingreso, y sin que hasta la fecha se conozca su paradero y sin que los responsables materiales e intelectuales hayan sido procesados y castigados como exigimos desde hace cinco años de dolor, de tristeza, de llanto, de soledad, de desesperación, de impotencia, pero también de esperanza, en que un día se haga justicia y nuestros 43 compañeros sean presentados con vida, así, como se los llevaron.
El 26 de septiembre me ha marcado y no logro entender cómo una autoridad del Estado desapareció a nuestros 43 compañeros. Recuerdo ese día con lágrimas y se me vienen a la mente todos esos rostros que nunca volvieron a su alma mater porque el narcoestado actuó de forma cobarde.
Recuerdo que ese día estábamos en una plática de amigos, caía la tarde, miré que partían a una actividad común dentro de la escuela, pues al no tener los apoyos necesarios por parte de los tres niveles de gobierno, se llevan a cabo diversas actividades para tener el sustento de las prácticas profesionales. Nunca imaginé que no regresarían. Me duele mucho no saber de su paradero y que las autoridades responsables no hayan sido castigadas, sino premiadas, y el caso esté en total impunidad como en los más de 40 mil desaparecidos en el país.
Eran como las ocho de la noche, de pronto recibimos la noticia de que les dispararon y que habían matado a dos de nuestros compañeros; en ese momento mi cuerpo se entumeció y por mi cabeza pasaron muchas ideas, sentí una gran desesperación por no poder ayudar a mis hermanos, eso me pesa mucho todos los días, quiero saber la verdad, que haya justicia y que no se repita este tipo de hechos.
Entristezco cada que se aproxima el 26 de septiembre, pues es una fecha de mucho dolor para mí, por no saber nada de nuestros compañeros a cinco años de su desaparición forzada.
Sabemos que ese día participó la policía municipal, la Policía Federal y el Ejército, partícipes directos en la desaparición forzada de los 43, del asesinato de Julio César Mondragón Fontes, Daniel Solís Gallardo, Julio César Ramírez Nava, y los responsables de que Aldo Gutiérrez Solano se encuentre en estado vegetativo y tres civiles más asesinados por el ataque del Estado.
Recuerdo mucho la foto de Julio César Mondragón Fontes. Me cuesta trabajo describir cómo me siento al recordar su rostro, sólo sé de a los que les han quitado la vida por las armas del gobierno.
Desde donde estén quiero decirles que los extrañamos y que seguimos exigiendo justicia a estos gobiernos insensibles y sordos, pues en nuestro México ser estudiante es lo más peligroso, sus intereses personales prevalecen sobre la justicia, el respeto por los derechos humanos y el derecho a la vida.
Escribo estos renglones, porque sé que llegaron a la Normal por la pobreza, por la inseguridad, por falta de oportunidades en nuestros pueblos, pero sé también que lo hicieron porque Ayotzi nos brinda la oportunidad de superarnos.
A ustedes compañeros 43 que no han regresado con sus familias y compañeros, quiero decirles que sus madres y padres de día y de noche sin descanso oran y buscan en todos los rincones del mundo, sus compañeros de la Normal están resistiendo y siguen esperándolos en su casa, al igual que nosotros.
México y las organizaciones sociales siguen levantando la voz, los estudiantes siguen siendo asesinados, pero han levantado la voz, el mundo entero quiere saber de ustedes y se suman cada vez más voces en la exigencia de su presentación con vida.
Me cuesta decirlo, pero tengan por seguro que los encontraremos, sé que es difícil. Los que no los olvidan nunca son su padres y madres, están preocupados por ustedes, quieren saber si comieron, si durmieron, si están bien de salud, me desagarra el alma verlos sufrir por ustedes y que luchan incansablemente por saber su paradero.
¡Cuando alguien muere se le tiene que dejar ir, pero cuando a alguien se le desaparece, se le tiene que hacer volver!
* Egresado de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos y estudiante de Sicología en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México

viernes, septiembre 27, 2019

Certeza de que fue crimen de Estado contra los normalistas, dice Encinas

AMLO confía en que se esclarecerá el caso porque ya no hay impunidad

▲ Estudiantes, ONG y pueblo en general acompañaron a los padresde los 43 normalistas en la marcha por el quinto aniversario del ataque de Iguala. La imagen, en el Zócalo capitalinoFoto Luis Castillo
 
Periódico La Jornada
Viernes 27 de septiembre de 2019, p. 5
Con la certeza de que se trató de una desaparición forzada cometida por agentes del Estado, las nuevas indagatorias revelan que la noche de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa no hubo contacto telefónico de normalistas con el crimen organizado, no hay indicios de que salieron de Guerrero y se tiene claro que los responsables se juzgarán en México, dijo el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas.
El presidente Andrés Manuel López Obrador subrayó la nueva condición que le permite confiar en que se esclarecerá el caso: Tenemos la gran ventaja de que no hay impunidad. Cuando se trata de crímenes de Estado es muy difícil llegar a la verdad si se mantiene el acuerdo de que impere la versión oficial, pero cuando no hay impunidad todo el gobierno de la República actúa para conocer los hechos.
Después del anuncio de la entrega de recompensas de 1.5 millones de pesos a quien ofrezca información fidedigna de la desaparición y de 10 millones por datos que permitan detener a Alejandro Temescalco, un narcotraficante que operó la noche del ataque contra los normalistas en Iguala, López Obrador llamó a colaborar en aportar datos para aclarar el caso, y se comprometió a proteger a quienes informen, recompensarlos y, si se requiere, ayudarlos, si están implicados. El mandatario vestía la camiseta conmemorativa del quinto aniversario de la desaparición de los normalistas que le regalaron los padres durante su reunión hace unos días en Palacio Nacional, misma que también llevaba Encinas.
Durante la presentación de los avances, el fiscal especial del caso, Omar Gómez Trejo –también con su playera conmemorativa–, sostuvo que la próxima semana se girarán los citatorios, comenzando por el gobernador, procurador y secretario de Seguridad Pública de entonces. Se incluirá al ex procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, quien ha expresado su disposición a colaborar.
–¿Se va a pedir también la comparecencia del ex presidente Enrique Peña Nieto?
–Todas las autoridades que tenían un cargo entonces. Ninguna persona está por encima de la ley; si es necesario, cualquier persona será llamada ante la justicia, dijo.
No vamos a encubrir, sino a investigar todas las complicidades que se dieron, así como indagamos fuertemente los actos de malos tratos y tortura ocurridos.
Interrogado sobre la impunidad de quienes han sido liberados por vicios en la investigación o tortura, Gómez Trejo aseveró que aunque por disposición de un tribunal colegiado se haya liberado a involucrados, no significa que quedan excluidos de rendir cuentas frente a la justicia. Estamos reuniendo evidencias con la finalidad de integrarles nuevos delitos.
Encinas destacó que el replanteamiento de la investigación contempla la colaboración de la Secretaría de la Defensa Nacional, con la apertura de las instalaciones del 27 batallón de infantería en Iguala, la puesta a disposición del personal militar que estaba activo ese día, el desistimiento de 200 amparos –promovidos por el pasado gobierno– para no poner ningún obstáculo legal a la investigación.
Además, la incorporación de pesquisas realizadas por la fiscalía estatal en los seis días posteriores al ataque, antes de que la Federación atrajera el caso, que contiene información fundamental, así como datos proporcionados por la Secretaría de Seguridad Pública sobre el papel de la Policía Federal y el Cisen.
Se ocultó información importante, como las bitácoras del Grupo de Coordinación Guerrero, que articulaba todas las instituciones de seguridad federales y locales en el estado, dijo Encinas; señaló que se tiene claro que el proceso legal debe realizarse en México, a pesar de que por los acuerdos internacionales podría trasladarse a la Corte Penal Internacional. Recordó que analizaron más de 80 millones de llamadas hechas durante cuatro años, de las cuales se identificaron 206 mil de interés, lo que permitió construir una red primaria de 84 mil líneas prioritarias y de 116 números telefónicos. Se solicitará al gobierno de Estados Unidos colaboración en llamadas de Guerreros Unidos a Chicago. Detalló que se realizan ocho operativos en 48 días de búsqueda en Cocula, Iguala, Huitzuco, Mezcala y Tepecoacuilco, con apoyo del Ejército.

Sin ustedes no habríamos llegado aquí, agradecen padres de los 43


Marcha sobre Paseo de la Reforma.Foto Luis Castillo
 
Periódico La Jornada
Viernes 27 de septiembre de 2019, p. 6
Cinco años después, los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa se hacen la misma pregunta: ¿dónde están? Han transcurrido mil 826 días desde que fueron desaparecidos de manera forzada en Iguala, Guerrero.
Ayer, sus familias volvieron a las calles. Sí, expresaron confianza en el actual gobierno federal, pero exigieron resultados, celeridad en las indagatorias y firmeza con las instituciones y funcionarios que no han cooperado totalmente en el proceso.
Miles de personas se unieron a las madres y los padres de los normalistas para marchar del Ángel de la Independencia al Zócalo de la Ciudad de México en demanda de verdad y justicia. La movilización fue aprovechada por jóvenes vestidos de negro y embozados para vandalizar negocios, monumentos y hasta una parte de la fachada de Palacio Nacional.
Los desmanes provocaron la inconformidad de cientos de asistentes. Cuando la movilización entró al Zócalo, un grupo de embozados arremetió con palos y tubos contra la puerta Mariana de Palacio Nacional, sobre la cual también grafitearon el numero 43 y lanzaron un cohetón, lo que causó molestia. Decenas de universitarios les reclamaron y hasta Felipe de la Cruz, vocero de las familias, los confrontó: no nos estamos manifestando así, tranquilos. Y es que momentos antes habían vandalizado ya una treintena de negocios.
Las actividades por el quinto aniversario de la desaparición forzada de los normalistas comenzaron poco después de las 3 de la tarde, cuando un grupo de representantes de diversas organizaciones religiosos celebraron una misa para honrar la memoria de los estudiantes desaparecidos el 26 de septiembre de 2014.
En un templete instalado frente al Ángel de la Independencia, donde se colocó una mesa con un crucifijo y un cirio, leyeron diversos fragmentos de la Biblia y convocaron a los asistentes a la marcha a orar juntos para alcanzar la verdad y la justicia en el caso Iguala.
La movilización convocó a varios miles de personas (5 mil, según las autoridades capitalinas, y más de 10 mil, según los organizadores) que acompañaron a los padres y madres de los 43 en medio de consignas y gritos de apoyo. Ahí estuvieron presentes normalistas, estudiantes universitarios, sindicalistas e integrantes de organizaciones populares.
Durante el mitin en el Zócalo, los familiares de los 43 manifestaron su confianza en el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero al mismo tiempo lo apremiaron a dar resultados con prontitud.
Es cierto, tenemos empeñada la palabra del señor Presidente, y eso a los 43 padres nos abre una esperanza muy grande, pero también les decimos que esa palabra debe ser cumplida para poder tenerle confianza, no sólo esperanza, afirmó Mario César González, padre de uno de los desaparecidos.
Es momento de ser un poco más duro con las dependencias que no quieren dar información (sobre la desaparición de los estudiantes), porque no nada más con el discurso y las buenas palabras vamos a llegar a la verdad, sino que debemos ser un poquito más contundentes con aquellas personas involucradas en los hechos, afirmó entre consignas y gritos de apoyo.
Joaquina García, madre de otro de los normalistas ausentes, asentó que las familias lo único que piden “es que se aclare dónde están nuestros hijos y que se investigue a los culpables de la verdad histórica que inventaron, que nos ha lastimado mucho”.
Los padres agradecieron la solidaridad de los ciudadanos y las organizaciones que los han acompañado. Sin ustedes no habríamos llegado hasta aquí.

jueves, septiembre 26, 2019

5 años: Ayotzinapa

¡Nos faltan 43!

Iguala: a cinco años de la barbarie


E
l 26 de septiembre de 2014 marcó un antes y un después en México. La noche de ese día, en Iguala, Guerrero, cuerpos armados del Estado agredieron a un grupo de jóvenes estudiantes de la Escuela Normal Rural Isidro Burgos de Ayotzinapa que habían llegado a la ciudad para tomar autobuses a fin de trasladarse a la capital de la República para participar en los actos conmemorativos del 2 de octubre. Policías municipales de Iguala, posiblemente respaldados por otros de Cocula y de Huitzuco, y presuntamente con algún grado de participación de la policía estatal, la Federal y efectivos del Ejército, balacearon a los normalistas, mataron a tres de ellos y a otros tres civiles, causaron graves lesiones a dos de los estudiantes y se llevaron a 43, de los cuales hasta la fecha se ignora su paradero.
La atrocidad fue minimizada desde un principio por los gobiernos estatal y federal, los cuales despreciaron el clamor social que llamaba, antes que nada, a buscar a los muchachos desaparecidos y que en los días siguientes creció a una exigencia masiva y multitudinaria de justicia y esclarecimiento. La extinta Procuraduría General de la República tardó dos semanas en atraer el caso y cuando al fin lo hizo emprendió una investigación que ha quedado registrada como ejemplo de desaseo, omisión, fabricación de culpables, alteración de indicios, desaparición de pruebas y engaño a la sociedad. A fines del mes siguiente el entonces procurador, Jesús Murilllo Karam, presentó unas conclusiones inverosímiles: los normalistas, dijo, habían sido entregados por sus captores uniformados a un grupo local de la delincuencia organizada –los llamados Guerreros Unidos–, trasladados a la vecina Cocula, donde fueron asesinados e incinerados en el basurero municipal de esa población.
Lo que el funcionario llamó verdad histórica resultaba insostenible por sus múltiples inconsistencias con la realidad, y, sin embargo, el gobierno de Enrique Peña Nieto se aferró a esa versión hasta el último día del sexenio. La presión y la movilización social encabezada por los familiares de los normalistas desaparecidos y la desconfianza en las autoridades nacionales obligó al régimen a aceptar la coadyuvancia de instancias internacionales como el Equipo Argentino de Antropología Forense y el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, las cuales dieron a conocer múltiples aspectos que desmentían los dichos oficiales.
Ante las revelaciones de esos equipos y la falta de resultados creíbles en el trabajo de la PGR el descrédito del Ejecutivo federal creció de manera exponencial. Junto con la revelación de la Casa Blanca de las Lomas, que tuvo lugar unos meses después, la barbarie de Iguala marcó un punto de declive irremediable para el gobierno peñista y para el régimen en su conjunto. Buena parte de la sociedad cobró conciencia de golpe de lo irrelevantes que eran para la autoridad la protección de los derechos humanos y la escandalosa impunidad resultante. Los sucesos trágicos y exasperantes de hace cinco años y la secuela de opacidad, irresponsabilidad y encubrimiento en que se desarrolló la investigación incidieron en forma decisiva en la erosión final del ciclo de gobiernos neoliberales. El impacto en la población influyó a su manera en la aplastante derrota electoral sufrida por el Partido Revolucionario Institucional en los comicios generales del año pasado.
El nuevo gobierno, por su parte, tenía desde su arranque el compromiso ineludible de esclarecer las razones reales de la barbarie, dar con el paradero de los normalistas e impulsar la revisión de los graves vicios en los que incurrió la PGR.
Ciertamente, esta revisión es una tarea colosal y complicada y debe llevar no sólo al establecimiento de la verdad a secas, sino también a fincar responsabilidades penales a quienes pervirtieron la procuración de justicia. La Cuarta Transformación ha empeñado en ello voluntad política y la sensibilidad de la que careció el gobierno anterior, pero estas condiciones favorables deben traducirse en resultados. Las madres y los padres de los muchachos asesinados, heridos y desaparecidos tienen derecho a conocer con toda precisión qué ocurrió con sus hijos y, en el caso de los últimos, dónde están. La justicia plena ante crímenes que pueden ser tipificados de lesa humanidad no debe demorar mucho tiempo más. A México le urge saldar ese episodio de tragedia y barbarie y para ello no hay otro camino que establecer la verdad, hacer justicia, reparar el daño y garantizar la no repetición. Hoy, a cinco años de la atrocidad, el país debe construir la certeza de que un caso semejante no va a suceder nunca más.

Aplaude la ONU las acciones del gobierno para esclarecer el caso Iguala



Diputados instan a la FGR a consignar a los responsables // Señalan a Tomás Zerón de Lucio por manipular las pesquisas

A gritos, mujeres y hombres demandaron llamar a declarar al ex secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong.Foto Afp
Periódico La Jornada
Jueves 26 de septiembre de 2019, p. 8
La oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) saludó ayer las acciones del actual gobierno en el caso Ayotzinapa, a cinco años de ocurrida la desaparición forzada de los 43 normalistas, pues han significado un cambio de rumbo y la construcción de una relación de confianza con los padres de familia de los jóvenes.
Mientras, en la Cámara de Diputados, la Comisión de Justicia aprobó un resolutivo dirigido a la Fiscalía General de la República (FGR), para que subsane las omisiones y consigne a los presuntos responsables por el delito de desaparición forzada de personas, mediante tipos penales existentes al momento en que ocurrieron los hechos, en estricto cumplimiento de la Constitución y los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano es parte.
Además se pide dar continuidad a las indagatorias en contra de Tomás Zerón de Lucio, ex funcionario de la extinta Procuraduría General de la República, por la presunta manipulación de la investigación del caso.
En un comunicado, la ONU-DH indicó que merece un reconocimiento particular el establecimiento de la Comisión Presidencial para la Verdad y Acceso a la Justicia en el caso Ayotzinapa y el diálogo establecido entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y las familias de los estudiantes.
De igual forma, elogió que se hayan celebrado convenios de cooperación con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y con la propia ONU-DH, así como que se haya nombrado a un nuevo fiscal especial para el caso, mismo que cuenta con el respaldo de las familias y las organizaciones que las acompañan.
La comisión presidencial ha significado un verdadero cambio de rumbo. Logró construir una relación de confianza entre las familias y el Estado mexicano. Consideramos de particular relevancia que la instancia haya permitido abrir espacios de diálogo con la Secretaría de Seguridad Pública y Ciudadana y las Fuerzas Armadas, afirmó Jan Jarab, representante del ONU-DH en México.
Por su parte, los comisionados del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai) refrendaron ayer su decisión de ordenar la apertura, en versión pública, de la carpeta de investigación sobre el caso Iguala.
El presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Rogelio Cabrera López, señaló, a su vez que sigue siendo urgente que las autoridades resuelvan lo que ha sucedido con los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, y exhortó a las fuerzas políticas y a la sociedad en general a actuar con responsabilidad y no lucrar políticamente.

Familiares de los 43 exigen a la FGR sancionar a quienes inventaron la verdad histórica

  • Marcharon por Reforma e Insurgentes
  • Demandan llamar a declarar al ex secretario Osorio Chong y al procurador Murillo Karam
 
Periódico La Jornada
Jueves 26 de septiembre de 2019, p. 7
En vísperas del quinto aniversario de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, padres de estos jóvenes y normalistas realizaron un mitin frente a la Fiscalía General de la República, en el que pidieron que se llame a declarar y se sancione a ex funcionarios que inventaron la llamada verdad histórica, pues con su actuación impidieron que la justicia llegara y no se conociera la realidad del caso.
Los centenares de manifestantes se apostaron frente al organismo tras marchar por las avenidas Reforma e Insurgentes desde el llamado antimonumento a los 43 alumnos sin localizar.
Felipe de la Cruz, vocero de los familiares, dijo que la fiscalía debe cumplir su obligación de llamar a declarar a ex funcionarios, como el ex secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y el ex procurador general, Jesús Murillo Karam.
Tras las negociaciones que los padres de familia han sostenido con representantes de la nueva administración federal, confió en que se realizará una verdadera investigación, ya que en esos trabajos están incluidos integrantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Entre consignas exigiendo conocer al paradero de los jóvenes desaparecidos de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos y el planteamiento de que defenderán a las normas, De la Cruz estimó positivo que se haya llamado a declarar al ex gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, y a sus colaboradores, porque no se debe dejar de lado a ninguno de los funcionarios de los tres niveles de gobierno que puedan aportar algún dato o evidencia sobre el caso.
Frente a los padres que portaban cartulinas con los nombres y las fotografías de sus hijos y en múltiples entrevistas a medios nacionales e internacionales, el vocero expuso que conocer la verdad de lo sucedido hace cinco años en Iguala no debilitará a las instituciones, sino que las fortalece.
Más tarde, familiares de los 43 desaparecidos y sus abogados dijeron que la lentitud con la que han ocurrido algunas acciones oficiales en el caso Ayotzinapa se debe en gran medida a la permanencia de funcionarios del gobierno anterior en la Fiscalía General de la República y el Ejército, pero también a que la indagatoria realizada por la extinta procuraduría genera mucha desconfianza y no sirve de base para realizar nuevos avances.
Vemos muy difícil (que haya avances más rápidos en la investigación) porque todavía están personas del gobierno anterior y puede ser que obstaculicen, pero nosotros le hemos dicho al fiscal especial del caso que si hay obstáculos, nos avise, porque nos tenemos que movilizar, afirmó ayer Cristina Bautista, madre de uno de los alumnos agredidos, durante una jornada informativa en el Instituto Tecnológico Autónomo de México.
Pese a ello, indicó que las familias de los alumnos desaparecidos hace ya cinco años deben tener paciencia, porque a diferencia del gobierno anterior, que nos llevó cuatro años con puras mentiras, en el actual hay una actitud de apertura, aunque la confianza se irá construyendo conforme avancen las investigaciones.

Cinco años en espera de justicia para los estudiantes

 
Periódico La Jornada
Jueves 26 de septiembre de 2019, p. 5
Este jueves se cumplen cinco años de los hechos ocurridos en la ciudad guerrerense de Iguala. Hace un lustro, a las ocho de la noche, alrededor de 100 estudiantes de Ayotzinapa se encontraban en ese municipio –se habían apoderado de cuatro autobuses que utilizarían para realizar prácticas escolares y acudir a la manifestación conmemorativa del 2 de octubre–, cuando decenas de agentes del Estado, sobre todo policías de varios municipios, los atacaron, privaron de su libertad a 43 normalistas y los entregaron a integrantes del grupo delictivo conocido como Guerreros Unidos.
Desde hace cinco años los 43 jóvenes están desaparecidos. La versión oficial fue que se les asesinó e incineró. Un total de 142 presuntos involucrados en el delito de secuestro fueron detenidos y puestos a disposición de jueces federales; sin embargo, 77 de ellos ya han sido liberados por fallas en la investigación, detención y formulación de imputaciones que realizó la entonces Procuraduría General de la República (PGR).
El 26 de septiembre, ante las agresiones de los policías de los municipios de Iguala y Cocula, algunos normalistas resultaron heridos de bala, otros decidieron, espantados, correr al monte, se escondieron en una casa abandonada o pidieron auxilio en las viviendas de la zona cercana a la avenida Periférico, donde la agresión dejó como saldo un estudiante fallecido y decenas de lesionados.
Durante los ataques, uno de los agentes les gritó: ¡Hijos de su pinche madre, se van a morir como perros!, relató uno de los sobrevivientes de la agresión ante el Ministerio Público del fuero común el 27 de septiembre de 2014.
Las indagatorias realizadas por el Ministerio Público Federal establecieron que en las agresiones participaron también policías municipales de Cocula y Huitzuco, en tanto que las investigaciones realizadas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) señalan la presunta participación de dos agentes de la Policía Federal y dos elementos de la Policía Ministerial de Guerrero, y presumiblemente uniformados de al menos tres municipios más.
La llamada verdad histórica –dada a conocer el 27 de enero de 2015 por el entonces procurador Jesús Murillo Karam– señala que los agentes municipales entregaron a los 43 estudiantes a miembros de Guerreros Unidos, y un número no definido de ellos fueron asesinados e incinerados la misma noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014. Hasta la fecha, formalmente, de los estudios realizados a 64 de un total de 28 mil restos óseos localizados en el río Cocula, apenas uno dio resultados positivos para la identificación de Alexander Mora Venancio, uno de los 43 normalistas que fueron privados de su libertad.
Tras la desaparición de los estudiantes, padres de las víctimas e integrantes de la normal de Ayotzinapa realizaron grandes movilizaciones tanto en Guerrero como en la Ciudad de México en demanda de esclarecer el paradero de las víctimas, y castigo a los responsables.
Ante la falta de resultados, exigieron y consiguieron el apoyo de organismos internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y con ello que las investigaciones fueran revisadas por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI).
La participación de los especialistas internacionales derivó en múltiples recomendaciones para que el gobierno mexicano continuara con las indagatorias. Asimismo, la CNDH presentó en noviembre pasado su recomendación por el caso, donde acreditó graves violaciones a derechos humanos –aunque los padres rechazaron parte de ese documento.
Muchos de los señalamientos de esas instancias no han sido atendidos y ahora, con la llegada del nuevo gobierno federal, se integró la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia del Caso Ayotzinapa, como lo ordenó un tribunal federal luego de múltiples recursos de amparo presentados por los representantes de los familiares de los estudiantes desaparecidos.
De los acusados por la desaparición de los estudiantes, ya han sido liberados algunos jefes de Guerreros Unidos, entre ellos Gildardo López Astudillo, así como presuntos autores materiales, entre ellos Agustín Reyes, Patricio Reyes Landa y Jonathan Osorio.

jueves, septiembre 05, 2019

Ayotzinapa y la institucionalidad podrida

A
21 días del quinto aniversario de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa surgen nuevamente hechos que dan cuenta de que la verdad no está tutelada en beneficio de las víctimas y de que, aún peor, dicha ausencia de verdad es consecuencia principalmente de que hay instituciones del Estado mexicano que están podridas y que –ya sea por acción o por omisión– generan impunidad. Esto es el máximo agravio para las víctimas de un delito, más aún para quienes desde hace cinco años se encuentran viviendo una grave violación a los derechos humanos.
Los índices nacionales sobre impunidad son devastadores: las propias cifras oficiales develan que sólo .1 por ciento de cada 10 casos denunciados accede a la justicia. Una impunidad de 99 por ciento da cuenta de que hoy en México las instituciones que deberían auxiliar, acompañar y representar a las víctimas no hacen su trabajo. Por el contrario, acuden a métodos ilegales de investigación, distorsionan hechos, manipulan pruebas y ensucian la verdad de lo sucedido.
Esa es la impunidad: la negación máxima de procesos serios de investigación, persecución, captura, enjuiciamiento y condena de los responsables. La impunidad pone en el centro intereses contrarios a la legalidad y al estado de derecho, en tanto que la justicia pone en el centro a las personas que se duelen de la peor atrocidad, como lo es la desaparición forzada.
La liberación de Gildardo López Astudillo es una mala noticia. Todos los reportes lo señalan como jefe de plaza de Guerreros Unidos y como el actor que se vinculaba con las instituciones públicas para corromperlas. Así lo develó la investigación de las autoridades estadunidenses, quienes detuvieron a integrantes de ese grupo criminal por traficar heroína en dicho país. Escuchas telefónicas y particularmente un racimo de mensajes extraídos de los teléfonos celulares dan cuenta del papel de López Astudillo, muestran con nitidez que las instituciones policiales presentes en la zona trabajaban para la banda criminal y apuntan a que ese entramado de corrupción no se agota en las instituciones municipales, sino que involucra a actores estatales e incluso federales.
Ayotzinapa marcó al país: develó el México de la macrocriminalidad y la corrupción, de los contubernios entre las autoridades policiales y políticas con el crimen organizado, de los territorios sujetos al control criminal y de instituciones públicas que forman parte de la delincuencia. Sólo así se explica un entorno que posibilitó la vulnerabilidad extrema de las víctimas y luego una tragedia del mayor calado: personas ejecutadas y estudiantes desaparecidos a plena luz del día en una ciudad.
El factor diferencial para revertir esta cruenta realidad era la justicia como traducción de la verdad: explicar sin reserva qué sucedió, incluido el paradero de los estudiantes, pero también el involucramiento del crimen y de las autoridades a todos los niveles y la detención y sanción de las personas responsables.
Frente a la tragedia, el Estado tenía la oportunidad de marcar un antes y un después. Por desgracia, así como Ayotzinapa fue la expresión profunda del contubernio crimen-autoridades, también se constituyó en la máxima expresión de la impunidad y la podredumbre de las instituciones que deberían tutelar la verdad.
Ya en septiembre del 2015, el GIEI advirtió las ilegalidades de la PGR en la investigación y en mayo de 2016 proporcionó una lista de personas torturadas para imponer una mentira como verdad histórica en el caso. La ONU-DH, en su informe Doble Injusticia, advirtió la existencia de un mecanismo ilegal de investigación que pasaba por detenciones arbitrarias, allanamientos, torturas e incluso un caso de ejecución arbitraria, cometidas tanto por la PGR como por la Marina y la Sedena. La propia CNDH, en su recomendación sobre el tema, alud≠e a más de 50 casos de métodos ilegales que han manchado lo que debió ser la investigación más profunda y profesional en México y que terminó siendo la expresión de la podredumbre institucional.
En junio de 2018, el Primer Tribunal Colegiado de Circuito de Reynosa, Tamaulipas, emitió una sentencia histórica que dio origen a la Comisión Presidencial creada por AMLO para el caso. Los magistrados concluyeron que la PGR no hizo una investigación imparcial e independiente y que se habían cometido graves irregularidades, como la elaboración de pruebas ilegales que debían ser eliminadas del caudal jurídico. Pasó un año y dos meses desde esta resolución y la PGR y la hoy FGR no han podido reconfigurar las acusaciones. Tan mal hecha está la investigación que no presentaron nuevas pruebas que evitaran que personas como López Astudillo salieran en libertad a pesar de haber delinquido de manera evidente.
Hoy, el caso Ayotzinapa cuenta con un andamiaje institucional inédito. Existe una Comisión Presidencial, una Fiscalía Especializada dentro de la FGR y asistencia técnica internacional a cargo de la CIDH y la ONU, lo que ha posibilitado el regreso de dos de los expertos del GIEI. No hay duda de que este andamiaje es expresión de voluntad del nuevo gobierno, pues suma recursos políticos del mayor nivel con recursos jurídicos y presencia internacional. El gran reto de este andamiaje es romper con prácticas de instituciones podridas que privilegian intereses oscuros y que se materializan en la máxima impunidad.
Ante ello, como sociedad nos toca seguir acompañando a los 43 padres y madres que, a cinco años, siguen buscando a sus muchachos y que constituyen la reserva moral del México digno.

miércoles, septiembre 04, 2019

EL CASO SE REABRE-Fisgón


Concentrará la Suprema Corte los procedimientos pendientes del caso ABC

 
Periódico La Jornada
Miércoles 4 de septiembre de 2019, p. 5
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dispuso la concentración en el máximo tribunal de los procedimientos pendientes de resolver acerca del incendio en la guardería ABC, ocurrido el 5 de junio de 2009 en Hermosillo, Sonora, donde murieron 49 niños y 106 resultaron heridos.
Se trata de 14 solicitudes de amparo presentadas por padres de los niños fallecidos y lesionados en la tragedia, que fueron atraídos por la SCJN el año pasado y concentrados en la ponencia del ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo.
Los amparos de los padres reclaman temas como las reducidas sentencias impuestas a los funcionarios menores procesados por estos hechos, el cierre del caso por parte de las autoridades federales y la necesidad de ahondar en otras líneas de investigación, como la de la posible responsabilidad en los hechos del ex gobernador Eduardo Bours Castelo.
El lunes pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió con los padres de las víctimas de la guardería ABC; al término del encuentro, trascendió que el caso será reabierto, a petición del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
En 2009, la SCJN inició una investigación sobre el caso, la cual estuvo a cargo del actual ministro presidente, Arturo Zaldívar, quien en su proyecto final proponía imputar a altos funcionarios del IMSS, entre ellos al entonces director general Juan Molinar Horcasitas, ya fallecido.
El proyecto no fue aprobado totalmente por la SCJN; sin embargo, se anunció que será retomado en la nueva investigación del caso, a cargo de la Fiscalía General de la República.
Respecto de los amparos pendientes en la SCJN, éstos fueron atraídos a petición del segundo tribunal colegiado en materias penal y administrativa del quinto circuito, instancia que argumentó que el asunto causó una gran conmoción en la sociedad mexicana, dada la gravedad de los hechos en los que perdieron la vida cuarenta y nueve niñas y niños, así como lesiones en cuarenta y tres personas más, en su mayoría menores de edad. Incluso, con repercusión internacional, ante la posibilidad de una eventual condena al Estado mexicano, debido a que los padres de las víctimas y ofendidos del incendio denunciaron esos acontecimientos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

martes, septiembre 03, 2019

Reactivan pesquisa por caso ABC; van tras Bours y dueños de la guardería

Justicia, no propaganda
Enviada y Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 3 de septiembre de 2019, p. 3
Hermosillo, Son., La Fiscalía General de la República (FGR) reactivó el expediente sobre el incendio de la guardería ABC ocurrido hace más de 10 años, en el que se incluye al ex gobernador priísta Eduardo Bours y a los dueños de la estancia infantil que no habían sido imputados, entre ellos Marcia Altagracia Gómez del Campo, prima hermana de Margarita Zavala, esposa del ex presidente Felipe Calderón.
Al término del segundo encuentro que el presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo en privado con padres de las víctimas de la guardería –el primero se dio el 6 de junio en Palacio Nacional–, el director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo, informó que a los afectados directos e indirectos se les restituyó el servicio médico subrogado de manera vitalicia.
Robledo explicó que el 22 de agosto el IMSS ratificó la denuncia que presentó su antecesor, Germán Martínez, en mayo pasado, y que tiene como base el proyecto –que en su momento fue rechazado– del presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, donde se establece la responsabilidad de 14 funcionarios, entre ellos el ex gobernador Bours, y particulares que eran dueños y socios de la guardería. Lo que no queremos, y nos lo dijo el Presidente, es que esto se convierta en un asunto que se politice. Es justicia y no propaganda, hay que hacerlo bien.
Anoche, en un comunicado conjunto de la Secretaría de Gobernación y el IMSS, se informó que se ofrecieron elementos de prueba adicionales a los presentados originalmente. Indicaron que se iniciaron los procesos de diálogo para construir un memorial vivo que funja como reparación colectiva, ayude a reconstruir el tejido social, a honrar la vida de los niños fallecidos, a garantizar que un hecho así no se repita y, además, beneficie a la comunidad donde sucedieron los hechos.
Robledo también señaló que investigarán a los proveedores del Centro de Atención Inmediata para Casos Especiales del IMSS –que atiende a los lesionados por el incendio en la estancia infantil– que hayan cometido anomalías en el momento de cobrar facturas a sobreprecio, a costa del dolor y sufrimiento de los niños. Con ese fin se presentó una denuncia penal en contra de una empresa, mientras de las observaciones realizadas por la Auditoría Superior de la Federación se dio vista al Órgano Interno de Control.
Las autoridades también acordaron con los afectados en el caso ABC, que se homologará la ayuda vitalicia por solidaridad a las madres de los menores fallecidos, lesionados y expuestos, así como a las maestras y adultos lesionados, al monto más alto calculado. Esto beneficiará a 164 familias.
Además, se brindará una ayuda económica por solidaridad a los padres y madres de los menores afectados que no tengan una pensión otorgada por el IMSS.
Julio César Márquez, padre de Yeyé, quien falleció en el incendio del 5 de junio de 2009, señaló que su principal demanda es la procuración de justicia contra los mandos altos en la administración de Eduardo Bours, que se burlaron de la tragedia a través de su poder político. Resaltó los acuerdos asumidos con el gobierno de López Obrador.
La procuración de justicia, que es lo que le compete al gobierno federal, tiene que llegar a sus últimas consecuencias; por ello la importancia de que toquemos este punto con el Presidente, y se alcancen las altas esferas, como no se hizo antes.
Julio César Márquez subrayó, como otros padres –de entre los casi cien que asistieron a la reunión–, la importancia de que se ratificara la denuncia contra Bours.
Mientras se llevaba a cabo la reunión, un grupo de inconformes se manifestó en las afueras del hotel sede el encuentro, irrumpiendo en las vallas de seguridad con el afán de acercarse al mandatario para entregarle sus demandas. Los papás informaron que el Presidente les aseguró que se reunirá nuevamente con ellos en tres meses.

lunes, septiembre 02, 2019

Reactiva FGR expediente sobre el caso ABC

Alma E. Muñoz, enviada, y Cristina Gómez, corresponsal 


Familiares de víctimas de la guardería ABC exigen justicia, en una manifestación en junio de 2014. Foto Francisco Olvera


Hermosillo, Son. La Fiscalía General de la República reactivó el expediente sobre el incendio de la Guardería ABC, ocurrido hace diez años, en el que se incluye al ex gobernador priísta, Eduardo Bours, y a los dueños de la estancia infantil que no habían sido imputados.
Entre los señalados está Marcia Gómez del Campo, prima hermana de Margarita Zavala, la esposa del ex presidente Felipe Calderón.
Al término del segundo encuentro que el presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo en privado con padres de las víctimas de la guardería, el director general del IMSS, Zoé Robledo, informó que a los afectados directos e indirectos se les restituyó el servicio médico subrogado, de manera vitalicia.
Robledo explicó que el 22 de agosto el Seguro Social ratificó la denuncia que presentó su antecesor, Germán Martínez, en mayo pasado, y que tiene como base el proyecto del presidente de la Corte, donde “se establece la responsabilidad de varios funcionarios -entre ellos el ex gobernador- y de particulares, que son los dueños de la guardería.
“La denuncia presentada por Germán Martínez es contra el ex gobernador Bours, pero nosotros estamos considerando incluir también a los particulares, porque no puede haber justicia si no se incluye a los grandes dueños de esta guardería”. 
“Lo que estamos pidiendo en la investigación es que se consideren los elementos del proyecto del ministro Zaldívar, que desafortunadamente (en su momento) se votó en contra y fue lo que imposibilitó que se diera la investigación”.
Lo que estamos haciendo, dijo, es "retomar la investigación para pedirle a la fiscalía que la integre en nuestra denuncia”, que ya fue ratificada y la fortaleceremos en 24 horas, porque “ahora viene la ampliación y eso estamos por hacerlo, porque es integrar un expediente bastante voluminoso. Lo que no queremos, y nos lo dijo el presidente, es que esto se convierta en un asunto que se politice. Es justicia y no propaganda, hay que hacerlo bien”.
También señaló que investigará a los proveedores del Centro de Atención Inmediata para Casos Especiales del IMSS que “hayan cometido anomalías en el momento de cobrar facturas a sobreprecio, a costa del dolor y sufrimiento de los niños”.
Robledo recordó que en diciembre se suspendió la atención de los servicios subrogados para más víctimas y familiares, “a partir de una interpretación de la Auditoría Superior de la Federación”.