Sin mencionarlo por su nombre, el ministro cuestionó la actuación del procurador Eduardo Medina Mora, quien en el momento de los hechos era el secretario de Seguridad Pública por no haber aceptado las recomendaciones de la CNDH en torno a violaciones de policías federales
El ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Genaro Góngora Pimentel, generó un nuevo frente de discusión en el caso Atenco al asegurar que la violencia que se registró en los enfrentamientos fue un acto de violencia planeada y que autoridades de rangos "superiores" fueron los autores intelectuales de las agresiones.
Y, sin mencionarlo por su nombre, cuestionó, de manera directa, la actuación de procurador General de la República, Eduardo Medina Mora, quien en el momento de los hechos era el secretario de Seguridad Pública federal por no haber aceptado las recomendaciones que emitió la Comisión Nacional de Derechos Humanos en torno a las violaciones registradas por policías federales.
"Quienes no aceptaron la recomendación de la CNDH -dijo- violaron gravemente los derechos humanos en su conjunto, pues esta acción implica un total desprecio a la dignidad humana".
"Quienes no aceptaron la recomendación de la CNDH -dijo- violaron gravemente los derechos humanos en su conjunto, pues esta acción implica un total desprecio a la dignidad humana".
En su intervención de más de 40 minutos, el ex presidente de la Corte aseguró que "del conjunto de elementos que tenemos a mano, me parece que no es difícil concluir, que los superiores no son responsables sólo por omisiones, sino que se trata más bien de una acción pensada, me atrevería a decir que estamos ante autores intelectuales".
Incluso, en su opinión, "del análisis de los operativos, de la brutalidad excesiva utilizada, de la falta de seguimiento de las autoridades competentes a fin de sancionar efectivamente las violaciones a los derechos humanos cometidos, se advierte que no se trató de un operativo implementado con la finalidad de abrir una carretera y reestablecer la circulación, lo que se buscaba era imponer una pena ejemplificativa, dejar un mensaje claro para aquellos que retan a la autoridad. Los antecedentes de los participantes en estas movilizaciones resultan más que convenientes para el mensaje: fue un acto de venganza".
Y para rematar, agregó, "lo acontecido en Atenco se parece a las estrategias probadas en los años 70 en Sudáfrica, Argentina, Uruguay, Chile, Vietnam, Guatemala, y en México mismo: se trata de técnicas de control de masas utilizadas en las guerras sucias".
Después de su intervención, otros ministros hicieron uso de la palabra, pero hasta el momento ninguno se ha referido a los comentarios de Góngora.
Como parte de su intervención el ministro Genaro Góngora también expresó su inconformidad con la parte del dictamen que presentó su compañero José de Jesús Gudiño Pelayo en la que se asegura que no es posible aclarar si la muerte de los dos jóvenes que fallecieron a consecuencia de los enfrentamientos fueron provocadas por policías o civiles.
En la sesión de ayer Góngora se inconformó con la conclusión a la que llegó el ministro Gudiño respecto a que no era posible identificar quién o de dónde salió la bala que mató a Javier Cortés.
Y en la sesión de este martes, de entrada, Góngora dijo que se apartaba de la conclusión a la que se llegaba en el dictamen en torno a la muerte del joven de 20 años, Alexis Benhumea, pues en el documento se asegura que no fue posible identificar el objeto cuyo impacto le causó la muerte, ni determinar si el objeto fue lanzado por la policía o por los manifestantes.
En opinión de Góngora las autoridades no cumplieron con su obligación de dar una explicación convincente y satisfactoria de lo sucedido, además de que de la investigación se derivan elementos que corroboran que la muerte fue provocada por el uso indebido de un proyectil de gas lacrimógeno.