Me refiero a la nota publicada ayer sobre el doctor Guillermo Selvas, a cuyos familiares no se les ha negado atención personalizada. El 13 de febrero pasado la suscrita atendió a familiares y amigos del doctor y de su hija Mariana. Se dio respuesta a inquietudes como los traslados de personas a otro penal, y se les dijo que eran situaciones distintas a las que dieron origen a la recomendación 38/2006, por lo que de acuerdo con la Ley de la CNDH y de su reglamento interno no se actualizaba la competencia de este organismo para conocer del asunto. No obstante, con base en dicho reglamento se determinaría la remisión del acta circunstanciada de la fecha señalada a la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, para su atención y seguimiento.
Esto también fue informado a los peticionarios por medio de la señora Gloria Olvera Vera, quien participó en la citada diligencia.
En cuanto a irregularidades que se imputan a personal de los juzgados que conocen del asunto, se orientó a los interesados para que formalicen su inconformidad ante el Consejo de la Judicatura del Estado de México, por tratarse del órgano competente para conocer y resolver esta problemática, en términos de la ley de la materia, ya que la CNDH no es competente, según lo disponen la Constitución mexicana, la Ley de la CNDH y su reglamento interno.
Reitero mi total disposición de seguir atendiendo a los familiares y amigos de los agraviados del caso Atenco.
Susana Thalía Pedroza de la Llave, segunda visitadora general
Respuesta de la reportera
En su carta, la segunda visitadora de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) confirma la información que parece querer desmentir. Reconoce que atendió a la señora de Selvas y a otros familiares el 13 de febrero. El traslado se realizó el martes primero de mayo. Hay nuevas circunstancias que exigen la inmediata intervención de la CNDH, ya que los hechos denunciados por los presos recién trasladados recuerdan la realidad de mazmorras medievales, no la de un centro de detención del siglo XXI, en una supuesta democracia.
Atentamente.
Blanche Petrich