La respuesta del gobierno de Hugo Chávez podría tomar días, si no es que meses
La hija del dirigente del FPDT ha pasado cuatro años como fugitiva de la policía
Sede de la embajada de Venezuela en México, donde América del Valle, hija del líder campesino de Atenco, se refugió desde ayer para pedir asilo al gobierno de Hugo Chávez-Foto Jesús Villaseca
Blanche Petrich
Periódico La Jornada
Después de pasar cuatro años como fugitiva de la policía, aislada de su familia y sus amigos, sin contar con otro recurso legal que no fuera el entregarse a las autoridades judiciales que la acusan de “secuestro equiparado” –cargo por el cual su padre, Ignacio del Valle, fue sentenciado a 112 años de prisión–, la activista América del Valle, del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), tomó una decisión que describió como “nada fácil”.
Cerca de las 10 de la mañana acudió a la embajada de Venezuela, subió por el ascensor hasta el sexto piso del edificio que alberga la sede y pidió asilo, declarándose perseguida política.
Ni su madre, Trinidad Ramírez de del Valle, ni sus compañeros del frente ni su abogado, Leonel Rivero, estaban prevenidos de este paso en solitario que tomó la estudiante de pedagogía de San Salvador Atenco y que, como consecuencia colateral, vuelve a introducir elementos de fricción en la accidentada relación diplomática entre los gobiernos de Hugo Chávez y Felipe Calderón.
Apenas conoció la solicitud de asilo de América del Valle, el embajador venezolano, Trino Alcides, empezó consultas al más alto nivel con el Ministerio de Relaciones Exteriores de su país. En Caracas, el canciller Nicolás Maduro tomó de inmediato las riendas del procedimiento y prometió consultarlo a la brevedad con el propio presidente Hugo Chávez. La decisión final, sin embargo, puede tomar días, si no es que meses.
Ya por la tarde, después de pasar varias horas con su hija América en las oficinas de la embajada, todavía sorprendida por el giro que en pocos minutos tomó su situación legal y familiar, Trinidad Ramírez declaró: “le pido al presidente Chávez que otorgue el asilo político que mi hija está pidiendo de una manera muy especial. Se lo pido porque ella, a partir de este momento en el que ha hecho público su paradero, ya no puede seguir viviendo en nuestro país”.
Antes, cerca de las tres de la tarde, América del Valle se comunicó brevemente por teléfono con los periodistas que aguardaban frente a la misión diplomática, adonde en ningún momento se les permitió el acceso. “Estoy bien –dijo–, pidiendo asilo después de cuatro años de persecución política constante y feroz”. Más tarde, por vía electrónica mandó un largo comunicado en el que aclara que la determinación de solicitar asilo “fue mía, exclusivamente”.
Expresa que lo hizo porque “no estoy dispuesta a permanecer más tiempo escondida y acosada. Ya son más de cuatro años así y la situación no tiene visos de cambiar. Por ahora, mi única alternativa para recuperar la libertad es acogerme al asilo político de un gobierno realmente democrático y del pueblo solidario con la rebeldía de sus hermanos en otras tierras”.
11:02 am: “Avísale a mi mamá ”
Exactamente a las 11:02 de la mañana sonó el teléfono de una persona que en los últimos años ha fungido como intermediario de buena voluntad entre América y el resto del mundo (razón por la cual pide reserva de su identidad): “Me anunció que estaba entrando a la embajada de Venezuela y que iba a solicitar asilo político. Me pidió que le hablara a su mamá para darle la novedad. Para todos fue una sorpresa”.
A esa hora, un contingente del FPDT atenquense y representantes de organizaciones sociales realizaban el mitin que habían anunciado a las puertas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, reclamando la libertad de sus compañeros aún recluidos, en momentos en que cinco ministros de la primera sala del máximo tribunal debían sesionar en privado para resolver si otorgan el amparo directo a los 12 presos de Atenco. Su fallo lo darán a conocer el miércoles 30 de junio.
En el altavoz estaba el orador Damián Camacho, abogado y activista del FPDT, cuando fue interrumpido. Trinidad tenía un anuncio importante. Aún con cara de sorpresa y alarma, informó a sus compañeros que su hija América se había comunicado para anunciar que estaba a punto de pedir asilo en la embajada venezolana. Las lágrimas y la emoción la desbordaron. Al instante se disolvió la manifestación y cerca de 60 personas abordaron el autobús que los había traído desde Atenco –en las cercanías de Texcoco–, para dirigirse a la calle Schiller, en la colonia Polanco. Cuando el contingente arribó al domicilio de la misión diplomática venezolana, patrullas de la policía capitalina cerraron la vialidad.
Trini y el mayor de sus hijos, Ulises, pudieron entrar a la sede. “Llegamos, la vi y nos abrazamos. La tuve mucho tiempo entre mis brazos; hacía tanto que no estaba con ella. La vi bien”, contó después la madre de la activista, todavía sacudida por los últimos acontecimientos. “Luego me explicó su decisión, el porqué Venezuela. Me dijo que lo hizo porque ya no podía más. La entiendo perfectamente y la respaldo en todo. Por eso es que le pido al presidente Hugo Chávez que no desatienda su petición”.
Antes de las 2 de la tarde llegó a la misión diplomática el abogado Leonel Rivero con la documentación que acredita la situación de persecución que vive América. “Le entregamos al embajador Alcides copias de las dos órdenes de aprehensión que hay desde 2006 contra mi representada por secuestro equiparado, que es considerado como delito grave. Le explicamos que en los últimos años, particularmente en 2007, América perdió los dos recursos de amparo que interpusimos, por lo que no tiene otra vía legal más que la de presentarse ante las autoridades judiciales del estado de México. También argumentamos que en los tribunales de Toluca, en manos de jueces que han actuado parcialmente en el caso de Atenco, ella no tiene ninguna garantía de que se le respetará su derecho al debido proceso. Esto lo demuestran las sentencias exorbitantes que han recibido los otros presos por el mismo caso, que van de 30 a 112 años de cárcel”.
Cerca de las 2 de la tarde, los documentos del caso de América del Valle eran enviados por fax a la cancillería venezolana.
“Estamos conscientes de que ahora el procedimiento diplomático tiene que seguir su curso. Otorgar el asilo es decisión soberana de la República de Venezuela, y nosotros no queremos ni podemos violentar este proceso”, señaló Rivero. Pero sí aclaró que si Caracas otorga el asilo, el gobierno mexicano no podrá oponerse. “Conforme al derecho internacional, la cancillería mexicana tendrá que dar su consentimiento”, concluyó.
Según lo acordado ayer en la embajada, la defensa de América del Valle presentará a primera hora de este jueves los alegatos jurídico y político para sustentar la petición de asilo. “Ahora –concluyó el legista– todo está en manos de la diplomacia”.