México, 29 jun (EFE).- La estadounidense Jody Williams, Nobel de la Paz en 1997, aseguró hoy que no volverá a México si la Suprema Corte de Justicia de la Nación no toma mañana una decisión que repare a los presos y a las mujeres presuntamente violadas tras los disturbios de San Salvador Atenco en 2006.
En una entrevista con Efe, Williams confesó que ésta es una decisión que no le gusta, ya que viaja a México con frecuencia desde 1976, pero explicó que no puede condenar, por un lado, los abusos que se cometen en la república y después tumbarse "en sus bonitas playas".
Aún así, manifestó que no abandonará a sus "amigos de Atenco", pueblo que ha visitado en numerosas ocasiones.
La resolución que mañana comunique la Corte (SCJN), dijo, "indicará una parte del futuro mexicano". "Si va en contra de los afectados, querrá decir que la impunidad en México no va a cambiar".
Hace cuatro años, en Texcoco y San Salvador (inmediaciones de la capital mexicana), el desalojo de un grupo de vendedores ambulantes originó un enfrentamiento entre campesinos y policías que se saldó con dos muertos, veintisiete denuncias de mujeres contra agentes por abusos sexuales y el arresto de más de doscientas personas, de las que doce continúan en la cárcel.
Algunas, como Ignacio del Valle, fueron condenadas a penas de hasta 112 años.
En 2008, la SCJN ya reconoció en un informe preliminar que hubo "violaciones graves" a los derechos humanos de los detenidos.
"Un policía pasó unos días en la cárcel y ya está", se quejó Williams.
"No me gustaría ejercer de juez, porque la Corte tendría que ser independiente. En este país todavía no es así", comentó la estadounidense, que manifestó sus intenciones de llevar el caso a los tribunales internacionales si no queda satisfecha con la decisión de la SCJN.
La activista, que viajó a México en representación de los once premios Nobel que enviaron una carta al presidente Felipe Calderón pidiendo justicia para los afectados de Atenco, quiere que las autoridades del país "sepan que el mundo está viendo este caso".
La misiva, firmada, entre otros, por Desmond Tutu y Rigoberta Menchú, no ha recibido aún "ni una palabra de respuesta" del mandatario.
Williams maneja un balance negativo de la situación de los derechos humanos en México desde la entrada de este país en la alternancia política (elecciones de 2000) y, en especial, de su evolución desde que Calderón emprendió la llamada 'guerra contra el narcotráfico', que ha marcado su mandato.
"Está cada día peor y, desde la llegada al poder de Calderón, es horrible. Muchos lo usan como excusa para hacer lo que siempre quisieron: es campo abierto para cada policía con ganas de vengarse", opinó.
La Nobel de la Paz destacó la atención que la comunidad internacional, liderada por Amnistía Internacional, está prestando al caso, pero no valoró de la misma forma la reacción de la sociedad mexicana.
"Bajo la superficie, hay aún muchos mexicanos que creen que los indígenas son del siglo pasado y no quieren avanzar. Si creen eso, es mucho más fácil que no sientan todo lo que tienen en común con ellos y que piensen que se les oprime porque no valen", detalló.