Alfredo Méndez
Periódico La Jornada
Aunque la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ordenara el próximo miércoles la inmediata libertad de los 12 presos de San Salvador Atenco, entre ellos Ignacio del Valle Medina, líder del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), esa resolución no cancelaría las órdenes de aprehensión libradas en 2006 contra su hija, América del Valle Ramírez.
La joven enfrenta los mismos cargos penales de los que podría ser absuelto su padre la próxima semana, por lo que en prisión tendrá que demostrar su inocencia ante los jueces mexicanos que la requieren, revelaron ayer a La Jornada fuentes cercanas al caso.
Según las autoridades judiciales consultadas por este diario, hay dos órdenes de captura contra América del Valle por los delitos de secuestro equiparado cometidos en agravio de diversos funcionarios del gobierno del estado de México, en hechos ocurridos el 8 de febrero y el 6 de abril de 2006.
En su momento, los abogados de la hija de María Antonieta Trinidad Ramírez de del Valle, Trini, como mejor se le conoce, tramitaron y perdieron los amparos indirectos contra dichas órdenes de captura, por tanto, en este momento la única salida jurídica es que enfrente los procesos penales ante los jueces que la reclaman.
Como los delitos que le imputa la Procuraduría General de Justicia del Estado de México son considerados graves por las leyes penales de esa entidad, la joven no tiene derecho a la libertad provisional bajo fianza, por lo que debe ser ingresada a un penal femenil y enfrentar en prisión sus juicios.
En febrero de 2009, durante una entrevista con la periodista Blanche Petriche –publicada en este diario–, América del Valle explicó el motivo por el cual no se ha entregado a las autoridades: “si la justicia de México garantizara a cualquier perseguido político verdadera justicia, porque no soy la única en esta situación; si se aplicara esto de que uno es inocente hasta que se demuestre lo contrario, y no al revés, entonces me presentaría. Pero no es así. Muchos inocentes han sido condenados y después de años sólo les dan sus cosas y un usted disculpe. No, no me voy a entregar. Y no por falta de valor. Porque la justicia está en manos de los mismos represores”.