jueves, febrero 15, 2007

Testimonio de Edith Rosales Gutiérrez


Soy Edith Rosales Gutiérrez, les escribo desde el penal de Santiaguito, Almoloya de Juárez, donde me tienen presa desde el día 4 de mayo del 2006, por haber acudido a San Salvador Atenco a una comisión voluntaria de salud promovida por la sección XXXV del Sindicato del Seguro Social, donde cumpliendo con mi deber como ser humano y laboral fui detenida con lujo de violencia, golpeándome, amenazándome de muerte e insultándome, tapándome la boca.

Fui trasladada a una camioneta donde me quitaron los zapatos y todas mis pertenencias, me bajaron el pantalón e intentaron violarme, no pudieron cometer tal atrocidad puesto que en ese momento llegaron más detenidos, aún así no pude salvarme del manoseo en genitales y senos.

Apilaron a los detenidos encima de mí y nos trasladaron aun camión donde nos siguieron golpeando, insultado y amenazando y apilándonos a las que llegábamos encima de mucha gente que tenían en el suelo del camión, con gente ensangrentada, y cuando el camión empezó a caminar se escuchó cómo seleccionaban a dos mujeres para llevarlas al asiento del frente donde se empezó a escuchar cómo abusaban de ellas con ofensas y burlas, a los demás, los policías pasaban pisándonos y golpeándonos al mismo tiempo y nos amenazaban si alzábamos la cabeza o decíamos algo.

Al llegar al penal nos bajaron otra vez a golpes, metiéndonos por un pasillo donde nos iban azotando la cabeza y seguían golpeándonos en todo el cuerpo.

Ya en el interior del penal no nos permitieron comunicarnos con nuestros familiares o abogados hasta el siguiente día, no quisieron decirnos por qué nos habían detenido sino hasta el día 10 de mayo en la noche que nos dictaron auto de formal prisión. No tuvimos asistencia médica adecuada solamente 2 paracetamol con todo y que necesitábamos radiografías de las contusiones en la cabeza y cuerpo; al detenernos no nos presentaron orden de aprehensión y si golpes y tortura como respuesta, por lo que violaron mis garantías individuales.

Así como yo estamos 27 personas en Santiaguito y 2 en la Palma, que a 9 meses de nuestro encarcelamiento injusto, nos siguen torturando psicológicamente, violentando nuestros derechos más elementales, mientras nuestros torturadores, violadores, rateros, golpeadores, violadores y asesinos gozan de su libertad y hoy son nuestros acusadores.

Por lo que pedimos que exijan cese a esta tortura y sean castigados los que violentaron nuestros derechos fundamentales.

Atentamente desde el penal de Santiaguito, presa política.
EDITH