Como dice una vieja canción de Víctor Jara “…los derechos humanos los violan en tantas partes, en América Latina domingo, lunes y martes…”
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Incluso hay personas que pueden que conozcan mucho más sobre México, tal vez incluso algunos hayan oído hablar de los acontecimientos ocurridos entre los días 3 y 4 de mayo en San Salvador Atenco. Donde después de que la policía expulsara a ocho señoras que vendían flores en el mercado, hubo un levantamiento del pueblo exigiendo el respeto a los derechos de las personas. En esas movilizaciones hubo enfrentamientos entre el pueblo y la policía. Y el gobierno de Vicente Fox, y demás autoridades tanto estatales como locales, alentados por unos medios de comunicación no muy objetivos, utilizaron esos enfrentamientos como excusa para mandar y justificar un contingente de más de 3500 efectivos policiales para masacrar a un grupo de aproximadamente 300 manifestantes. Hubo más de 200 detenidos, de ellos 47 eran mujeres, más de treinta de ellas fueron violadas por los propios policías mientras eran trasladadas en los furgones de la policía hasta los penales. Cinco extranjeros fueron deportados por el gobierno mexicano de forma completamente ilegal. Un joven de 14 años fue asesinado por un disparo a quemarropa de la policía (la autopsia revelo que el disparo fue efectuado a menos de 60 centímetros de distancia).
Aunque lo que me parece más grave de todo esto no es que casi nadie sepa que ninguno de los policías o responsables gubernamentales de aquella maquiavélica operación hallan sido condenado. Lo que me parece más grave de todo es que nadie sepa que aquel día 4 de mayo mientras el joven Alexis Benhumea se debatía entre la vida y la muerte después de que un bote de gas lacrimógeno, lanzado por la policía, le golpeara la cabeza, hubo un hombre el doctor Guillermo Selvas que junto con su hija Mariana se jugaron su propia integridad física por atender a este herido, porque aquel fatídico día en Atenco la policía no respeto a nadie.
El doctor y su hija estuvieron hora tras hora al lado de Alexis durante aquella interminable noche, contemplando como la vida de aquel joven se desvanecía entre sus manos, pues la policía no dejaba pasar a las ambulancias pues mantenían un cerco alrededor del pueblo para que nadie entrase ni saliese. Ante tanta impotencia el Doctor Selvas y su hija decidieron salir de la casa donde cuidaban de Alexis a por algunas medicinas que tenían en su coche. La policía los agarro en ese mismo momento.
Debido a la falta de atención medica durante esas primeras horas, Alexis entró en estado de coma y murió un mes después. En cualquier lugar del mundo al doctor Selvas y a su hija les hubiesen dado una medalla por arriesgar su vida por atender a un enfermo. Sin embargo, cuando la policía agarró al doctor Guillermo Selvas lo golpeó con una crueldad inimaginable, Mariana fue violada por la propia policía durante su traslado al penal de reclusión, en el que permanecen presos desde mayo del pasado año.
Puede que lo peor no sean estas violaciones de derechos humanos que cada día ocurren en este inverosímil mundo, porque tanto usted como yo, sabemos que seguirán ocurriendo, lo peor de todo tal vez sea que todo esto ocurre porque, como ambos sabemos, después de leer estas líneas usted seguirá leyendo como si nada hubiese pasado.