Israel Dávila
Toluca, Mex., 6 de febrero. Tres pobladores de San Salvador Atenco, entre ellos Ignacio del Valle Medina, líder del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), obtuvieron un amparo contra el auto de formal prisión dictado en su contra por los delitos de secuestro equiparado y ataque a las vías de comunicación.
Además del dirigente, preso en el penal de máxima seguridad del Altiplano, antes La Palma, obtuvieron amparos su hijo, César del Valle, y Narciso Arellano Hernández, recluidos en la cárcel estatal de Santiaguito, en Almoloya de Juárez.
Este es el cuarto amparo concedido a los detenidos en los hechos violentos ocurridos de Atenco en mayo de 2006, cuando fueron aprehendidas más de cien personas. El primero fue otorgado a la indígena mazahua Magdalena García Durán.
Las suspensiones provisionales fueron emitidas por el juez primero de distrito en materia amparos y juicios civiles del estado de México, Willy Vega Ramírez, quien ordenó al juez segundo penal de Toluca, Jaime Maldonado Salazar, rectificar sus fallos y emitir nuevos que no se fundamenten en acusaciones genéricas.
Vega Ramírez consideró que el auto de formal prisión dictado por Maldonado el 31 de agosto pasado presenta inconsistencias, ya que sólo transcribió las acusaciones del Ministerio Público contra los detenidos sin hacer una valoración jurídica de las pruebas.
Bárbara Zamora, abogada de Ignacio del Valle, acreditó ante el juzgado de amparo que el líder del FPDT no pudo participar en los secuestros de funcionarios que se le imputan ni en el bloqueo a la carretera a Texcoco el 3 de mayo del año pasado.
Ese día, Del Valle Medina se encontraba "atrincherado" en una casa de la cabecera municipal de Texcoco con floristas del mercado Belisario Domínguez, a la espera de que la policía estatal entrara por la fuerza al inmueble.
Por su parte, César del Valle se encontraba en el Colegio de Ciencias y Humanidades el día de los acontecimientos violentos; mientras, Narciso Arellano acreditó que fue detenido la tarde del 4 de mayo de 2006, después de haber comido, cuando se dirigía a la obra donde trabajaba como albañil.