lunes, octubre 08, 2018

"Ecocidio", continuar con las obras de la nueva terminal aérea


Néstor Jiménez 
 
Periódico La Jornada
Lunes 8 de octubre de 2018, p. 6
La construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) obligará a secar el lago Nabor Carrillo, ubicado al sur de donde se edifica la nueva terminal aérea, lo cual generará el regreso de las tolvaneras que padecía Ciudad de México antes de los años setenta, señalaron integrantes de la escuela de cuadros de Morena en Coyoacán.
Ayer los morenistas, junto con miembros del comité de intelectuales que conformarán el Instituto Nacional de Formación Política de este partido, se reunieron a un costado de la delegación Coyoacán, para llamar a participar en la consulta ciudadana que prepara el equipo de transición del próximo gobierno federal para el 28 de octubre, pero pidieron que el voto sea en sentido de rechazo al desarrollo del aeropuerto en Texcoco, por considerarlo un ecocidio.
Leopoldo Rodarte, experto en hidrología, sostuvo que la operación del aeropuerto obligará a secar el lago Nabor Carillo, el cual, dijo construimos para cumplir dos funciones: Ciudad de México, cuando se secó el lago de Texcoco, sufría de tolvaneras, sobre todo en los meses de mayor viento, y funciona como cortina de agua y de árboles, que evitó las tolvaneras, el agua evita que se levante el polvo del suelo.
Además, el doctor en hidrología subterránea, y quien participó en el diseño de este lago, recordó que en diciembre llegan migraciones de patos y otras aves, por lo que este sitio tiene la función de nido.
Señaló que en 1972 diseñaron el lago Nabor Carrillo como una vaso regulador del lago de Texcoco, para lo cual hundieron el terreno con cientos de pozos para dar surgimiento al lago.
Por su parte, el director del Instituto Nacional de Formación Política de Morena, Rafael Barajas, agregó que el proyecto del aeropuerto generá un daño al ecosistema de la zona y causará impacto en la capital.
El aeropuerto es un despropósito total en términos ecológicos. Si ponemos concreto, pues tapamos e impedimos que el agua se filtre y después tenemos que traer agua de afuera, pero el colmo es que el nuevo aeropuerto se está construyendo en una zona de vasorregulación, donde llegan nueve ríos, por eso es una zona que se inunda de forma natural, indicó.
Explicó que en la zona del aeropuerto hay una capa semifirme en su superficie, pero debajo hay lodo y arenas que tienden a hundirse, por lo que ahora traen tierras de otros lado, con tezontle, y para ello han desgajado cerros alrededor.