El reclamo popular por la represión que dejó la imposición de Peña Nieto se descarga sobre el nuevo gobierno capitalino, que se resigna a asumir solo el costo político de la barbarie policiaca. Se exhibe así un nuevo perfil de la relación institucional entre la Federación y el gobierno local, un parteaguas bajo el cual se suscribe un Pacto por México sellado con la sangre y las lágrimas de más de un centenar de víctimas inocentes y sus familias.
Exigimos la libertad de los presos políticos y el cese del acoso policiaco a los luchadores sociales.
Por la Coordinadora de Escuelas Democráticas en el Estado de México, Martha Téllez Carbajal e Ítalo Ricardo Díaz Díaz