miércoles, febrero 24, 2016

Memoria Histórica (Guardería ABC)

Guillermo León Rodríguez

GUILLERMO LEÓN RODRÍGUEZ

"En la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida", dijo el poeta granadino Federico García Lorca, fusilado por el régimen militar en España. Signo inequívoco de que las palabras hacen temblar al más poderoso. Defensor y abogado de Derechos Humanos. A título personal.

Memoria Histórica

Por: Guillermo León Rodríguez
24/02/2016 8:25 am
En recuerdo de quienes ya no están, especialmente para Emilia y Yeyé
No se conmemoraba un año más de la tragedia ocurrida el 5 de junio de 2009 en la Guardería ABC, en Hermosillo, Sonora, en la que 49 niños y niñas perdieron la vida y muchos más resultaron heridos, pero sí, un día más de impunidad. El pasado jueves 18 de febrero, se presentó en el Cine Teatro Rosalío Solano en esta Ciudad, el documental “La Hora de la Siesta”, de la Directora Carolina Platt Soberanes.
En dicho proyecto cinematográfico nos relatan la historia de las familias de esas pequeñas víctimas, el antes y después de un terrible suceso que pudo evitarse. Consecuencia de la corrupción, el incendio de la Guardería ABC dejó al descubierto el lado más oscuro de México, el del tráfico de influencias, las irregularidades administrativas, las acciones deliberadas y la absoluta impunidad. Un País en el que pesan más los apellidos y las relaciones políticas, que la vida misma.
Imagina una mañana cualquiera, abrir los ojos, despertar, las cosquillas, el zapato perdido, las sábanas recién abandonadas, imagina que es viernes, imagina no saber que es una mañana cualquiera por última vez…”. Fue precisamente a La Hora de la Siesta, aproximadamente a las tres de la tarde, cuando en una bodega perteneciente a la Secretaría de Hacienda con toneladas de documentos, se inició el incendio por causas aún no esclarecidas, propagándose hacia la estancia infantil con el fatal desenlace ya conocido.
La tragedia fue solo el inicio de un largo camino, familias y sociedad se volcaron a las calles para exigir justicia, los políticos prometieron dar con los responsables, “tope donde tope” dijeron, se promulgó en el Diario Oficial de la Federación que el 5 de junio sería día de luto de nacional y poco a poco, se destapó la inmensa corrupción de la administración pública mexicana. Cuando en algún momento se pensó en el ánimo colectivo, que los sucesos harían catarsis e iniciarían una profunda transformación en la estructura social; fuimos testigos de cómo uno a uno, fueron exonerados los responsables.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación, de forma totalmente incongruente, determinó en la Sesión Pública Extraordinaria Vespertina, celebrada el miércoles 16 de junio de 2010, conforme a la facultad que tenían contenida en ese entonces en el artículo 97 constitucional; que se verificó la violación grave de garantías individuales, pero deslindó de responsabilidad a las y los funcionarios de alto nivel como el Gobernador del Estado, Secretario de Hacienda en la Entidad, así como a los Directores Generales del Instituto Mexicano del Seguro Social. Una burla en el rostro de las víctimas, todo había sido tan solo un discurso vacio, de falsas intenciones, paliativos para descontener el enojo social.
A pesar de la adversidad, la lucha de las familias por obtener justicia y prevenir futuras tragedias, tuvo sus frutos con la aprobación y publicación de la Ley General de Prestación de Servicios para la Atención, Cuidado y Desarrollo Integral Infantil (Ley 5 de Junio), el 24 de octubre de 2011 y con ello, la obligación de legislar en el ámbito local. Ahí, está inmerso el testimonio de Estela Baez Gill, mamá de Julio César Márquez Baez “Yeyé”, en la Sesión de Aprobación de dicha Ley, en la Comisión de Atención a Personas Vulnerables de la Cámara de Diputados el jueves 8 de septiembre del mismo año: “…hay algo más fuerte en mi, que me hace decir no, basta, basta… que no sea en vano la muerte de mi hijo, que no sea en vano que él se fue y que yo ya no lo puedo abrazar…”. Que quede muy claro, fue la acción colectiva, social y ciudadana la que impulsó la creación de esa Ley, no la voluntad política.
A casi siete años del incendio, parece que no hemos aprendido la lección. Diez entidades federativas tienen pendiente el publicar una legislación específica o armonizar la existente conforme a la Ley General. Del 2009 a la fecha, han fallecido 36 menores en guarderías a causas que pudieron haberse prevenido. Del análisis al Segundo Informe Semestral de Actividades 2015, del Consejo Nacional de Prestación de Servicios para la Atención, Cuidado y Desarrollo Integral Infantil, se advierte que 1,082 guarderías aun no tienen protocolos de protección civil y que 3,442 no han realizado simulacros de incendio en los últimos seis meses, por citar algunos ejemplos.
Que hoy no exista un solo responsable sentenciado por lo sucedido el 5 de junio de 2009, es símbolo inequívoco de que la justicia en este País es un anhelo inalcanzable. Las autoridades apuestan al tiempo para que se borren los hechos de nuestra memoria y poco a poco, olvidemos. Al no existir sanción, invitamos por la puerta grande a que los mismos eventos vuelvan a suceder, es fortalecer el círculo interminable de corrupción e impunidad.
Debemos apostar por recuperar la memoria histórica, como un compromiso de volver la mirada hacia los acontecimientos, hacer un ejercicio de búsqueda de la verdad, de reconocimiento público, exigir una disculpa a las autoridades y de sumarse a las voces que piden la reparación del daño a las víctimas, de garantías de no repetición.
Queda ese mensaje narrado en el documental “…vivir la ausencia es vivir en mundos paralelos, el de los recuerdos donde todo vive y encuentra su lugar, y el mundo del presente, donde la mayor parte del tiempo nada tiene sentido”. Una sociedad que está entrenada para olvidar y un País que no puede proteger a su infancia, está destinado a la muerte.