■ Se les conmutó la pena corporal que habían recibido, de entre tres y cuatro años
■ El MP se desistió del recurso que había presentado, lo que les permitió obtener el beneficio
■ El MP se desistió del recurso que había presentado, lo que les permitió obtener el beneficio
Javier Salinas Cesáreo (Corresponsal)
El abogado Juan de Dios Hernández Monje, Rosa Nelly Urrutia, Maribel Ramos Rojas y Trinidad Ramírez, en jornada de lucha por los presos políticos de Atenco, ayer en el Club de Periodistas Foto: María Luisa Severiano
Texcoco, Méx., 29 de agosto. Después de estar presos durante casi dos años y cuatro meses en el reclusorio Molino de Flores, Patricia Romero Hernández, Arturo Sánchez Romero y Raúl Romero Macías, simpatizantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), obtuvieron la tarde de este viernes su libertad, después de pagar una multa.
Los tres floricultores fueron detenidos cerca del mercado municipal donde decenas de atenquenses estaban atrincherados y la semana pasada habían sido sentenciados a tres y cuatro años de cárcel por el juez tercero de lo penal con sede en dicho reclusorio, Albino Chávez Hernández, por los delitos de lesiones, ultrajes y portación de arma blanca. Sin embargo la pena fue conmutada por el pago de una multa que sumó en conjunto 42 mil pesos.
El jueves el Ministerio Público del juzgado apeló la sentencia de los tres activistas, justo media hora antes de que venciera el plazo legal. Sin embargo, este viernes, “de manera sorpresiva”, se desistió de dicha apelación, por lo que los tres activistas pudieron obtener su libertad.
Alrededor de las 18 horas, Patricia Romero Hernández, su hijo, Arturo Sánchez Romero, y su padre, Raúl Romero Macías, salieron por la puerta de aduana del reclusorio. Inmediatamente se trasladaron al plantón que mantienen sus compañeros atenquenses e integrantes de la otra campaña frente al penal, para agradecer su apoyo. “Mi libertad la veo como manera de justificar lo injustificable. No tenían razón de sentenciarnos, ni la calidad moral, porque todo fue fabricado, tenemos muestras fehacientes de ello”, dijo Patricia Romero.
Denunció que durante su reclusión tuvo que soportar hostigamientos, golpes y amenazas. “Ellos me decían que nos podían fabricar delitos y acusaciones, los que ellos quisieran. Esa es una parte de la impunidad del gobierno que estamos viviendo en carne propia. Ellos necesitan justificar su odio para criminalizar a los individuos que solamente reclaman sus derechos. Nos secuestraron nuestras vidas. Pero tendrán que pagar todo el daño que nos han hecho”.
Los tres refrendaron su compromiso de luchar porque los 10 compañeros que aún permanecen encarcelados y sentenciados obtengan su libertad. “Claro que tenemos que apoyar a nuestros compañeros, porque son inocentes; yo soy inocente, mi padre y mi hijo. Día con día estaba enterada de todo lo que hacían nuestros compañeros porque nosotros obtuviéramos nuestra libertad, y no tengo más que agradecer a todas las organizaciones de México y de todo el mundo porque se dieron cuenta de la injusticia, de la impunidad que existe en nuestro país”, dijo Patricia Romero.
Ella, su hijo y su padre son tres de los floricultores que fueron detenidos el 3 de mayo de 2006 en la vivienda marcada con el número 111 de la calle Manuel González, cerca del mercado municipal Belisario Domínguez, donde un grupo de 40 de sus compañeros atenquenses, entre ellos Ignacio del Valle, permanecían atrincherados.
Ese día, los floricultores, apoyados por los atenquenses, habían intentado colocarse en las inmediaciones del mercado para vender sus mercancías, pero la policía estatal y municipal se los impidió, por lo que tuvieron que refugiarse en dicha vivienda. Un comando de unos 500 granaderos entró por la fuerza al lugar y los detuvo. Con estas tres liberaciones, quedan aún en la cárcel 13 de los simpatizantes e integrantes del FPDT.
El pasado jueves 21 de agosto, en este mismo reclusorio, el juzgado primero de lo penal dictó una sentencia de 45 años de cárcel por el delito de secuestro equiparado a Ignacio del Valle Medina, dirigente del movimiento atenquense, actualmente preso en el penal de máxima seguridad del Altiplano, lo que se sumó a la condena de 67 años y seis meses que se le impuso por un primer proceso que enfrentó. También están privados de su libertad Felipe Álvarez y Héctor Gochicoa.
Además, se dictó una sentencia de 31 años, 10 meses y 15 días en contra de 10 de los simpatizantes y miembros del FPDT que permanecen presos en Molino de Flores, luego de los hechos del 3 y 4 de mayo de 2006.
El abogado del FPDT, Pedro Suárez, manifestó su desconcierto sobre la forma como obtuvieron la libertad los tres floristas, pues “el día de hoy nos informaron que el Ministerio Público de forma misteriosa se desistió de la apelación. Motivo o causa, desconocemos. Pensamos que como existen otras causas en su contra, los iban a volver a detener, pero no fue así”.