(25 de febrero, 2015).- Para el gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega, se ha sido tolerante con las demandas y exigencias que han hecho los diversos grupos sociales que se han manifestado en la entidad pero lo acaecido el día de ayer por la noche (desalojo con brutal violencia de maestros en Acapulco) ha sido “la gota que derramó el vaso”.
“Yo les estuve diciendo que no siguieran con la radicalización del movimiento porque se les iba a aplicar la ley. Hemos sido absolutamente tolerantes al extremo, nos hemos ganado los cuestionamientos y la censura de varios sectores. Tenemos un límite de tolerancia y ayer lo rebasaron. La autoridad debe intervenir y lo hicimos”, declaró el político.
Además afirmó que se continúa el llamado para dialogar con la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG) además de los estudiantes normalistas que buscan el retorno a clases.
Aseguró que hay radicales que utilizan el pretexto de los padres de los normalistas desaparecidos como “carne de cañón” para llevar a cabo sus propios fines.
Lo que ellos buscan es provocar una muerte para que se victimicen y se oigan voces en el mundo de que somos represores y no somos represores, sólo aplicamos la ley. Lo que debería preguntarse y explicar Ortega es si la ley es golpear con brutalidad y desalojar de manera violenta a manifestantes.
A su vez declaró que no son todos los miembros de la CETEG los que llevan a cabo actos de violencia en el estado sino “un grupo radical”.
Concluyó diciendo que, supuestamente, los líderes “están en conversaciones con la Secretaría de Gobernación y la de Hacienda atendiendo sus peticiones”.