Algunos manifestantes en los disturbios de Atenco fueron condenados a 120 años de cárcel
Esta semana, Claudia Hernández, una pequeña mujer de 26 años, habló en la Universidad de Paul, en Chicago, en una actividad organizada por Amnistía Internacional (AI) y la Metropolitan Battered Women Network.
Hernández es una de 14 mexicanas que presentaron una denuncia criminal ante la Procuraduría General de México por haber sido supuestamente golpeadas, torturadas -y abusadas sexualmente- durante los enfrentamientos de San Salvador Atenco, en mayo de 2006. Dos españolas y una alemana también interpusieron denuncias en sus respectivos países.
Todo empezó cuando policías estatales y municipales desalojaron a vendedores de flores de una plaza municipal. El 4 de mayo de 2006 unos 2.000 policías ocuparon la localidad, en el área metropolitana del D.F., después de que manifestantes retuvieron a un grupo de agentes.
El mes pasado la Suprema Corte de Justicia de México concluyó que podrán establecerse responsabilidades individuales contra los policías que participaron en el operativo; pero liberó de culpa a los funcionarios que lo autorizaron y lo diseñaron.
Según Hernández, ya agotaron todas las opciones legales posibles en su país -apoyadas por el PRODH- y ahora intentan ejercer presión a través de organismos internacionales.
"Híjole, aún tres años después de lo que pasó, me sigue doliendo (...) nos atacaron de la forma más brutal", dijo la joven que en ese momento estudiaba ciencias políticas en la UNAM y estaba en un colectivo estudiantil.