El acto tuvo lugar frente al hotel Villamagna, en el que el Presidente de México se encontraba reunido con empresarios españoles
Roberto Blanco. Foto: José Alfonso.
Martes 30 de enero del 2007.
Poco después de las diez de esta mañana, alrededor de treinta personas se concentraban frente al hotel Villamagna de Madrid para protestar por las continuas violaciones de los derechos humanos en México. La protesta tenía lugar mientras el presidente de los Estados Unidos Mexicanos se encontraba reunido en el citado hotel con empresarios españoles.
Los manifestantes portaban una pancarta en la que se podía leer "Presidente de México + empresarios españoles = el saqueo continúa". Asimismo, muchos de ellos portaban machetes de cartón en cuyas hojas aparecían escritos nombres como "Atenco", "Oaxaca", "EZLN" o "Zapata vive". La policía ha hecho inmediatamente acto de presencia desplazándoles ligeramente hacia un lado y les ha pedido los DNI’s, a lo que los manifestantes han intentado resistirse preguntándoles si se lo habían pedido también a un grupo de chicas que estaban agrupadas cerca, enviadas por el Consejo de Promoción del Turismo Mexicano para dar la bienvenida a Felipe Calderón y demostrar su apoyo.
Roberto Blanco. Foto: José Alfonso.
Martes 30 de enero del 2007.
Poco después de las diez de esta mañana, alrededor de treinta personas se concentraban frente al hotel Villamagna de Madrid para protestar por las continuas violaciones de los derechos humanos en México. La protesta tenía lugar mientras el presidente de los Estados Unidos Mexicanos se encontraba reunido en el citado hotel con empresarios españoles.
Los manifestantes portaban una pancarta en la que se podía leer "Presidente de México + empresarios españoles = el saqueo continúa". Asimismo, muchos de ellos portaban machetes de cartón en cuyas hojas aparecían escritos nombres como "Atenco", "Oaxaca", "EZLN" o "Zapata vive". La policía ha hecho inmediatamente acto de presencia desplazándoles ligeramente hacia un lado y les ha pedido los DNI’s, a lo que los manifestantes han intentado resistirse preguntándoles si se lo habían pedido también a un grupo de chicas que estaban agrupadas cerca, enviadas por el Consejo de Promoción del Turismo Mexicano para dar la bienvenida a Felipe Calderón y demostrar su apoyo.
La concentración ha continuado hasta después de la salida del presidente de México, pudiéndose oír gritos como "Oaxaca vive, la lucha sigue", "El gobierno mexicano tortura y asesina" y "Oaxaca no es cuartel, fuera ejército de él".
Encuentro con Zapatero
Tras la reunión con los empresarios, Calderón ha acudido al Palacio de la Moncloa para mantener un encuentro con el presidente del gobierno del estado español, José Luís Rodríguez Zapatero, tras el que han comparecido ambos presidentes ante los medios de comunicación. Durante la comparecencia no se ha aludido en ningún momento al tema de las violaciones de derechos humanos en México. Rodríguez Zapatero se ha referido a México como "un aliado esencial para España: un aliado del proceso democrático, un aliado del proceso económico..." (como anécdota, referir que Zapatero ha defendido el libre mercado como "el que mejor funciona", el que garantiza una sociedad libre). En la rueda de prensa se ha hablado fundamentalmente de temas económicos y de relaciones comerciales, aunque también ha aparecido el tema ETA. Rojo y Negro ha asistido a la comparecencia ante los medios para preguntar a Calderón qué va a hacer su gobierno para esclarecer y establecer responsabilidades respecto a la violencia policial en la represión de los conflictos sociales de Atenco y Oaxaca, pero no se nos ha permitido intervenir en el turno de preguntas, ya que éstas estaban limitadas a seis y se habían asignado antes de empezar la rueda de prensa (todas ellas a medios "grandes" de España y México, al 50 %). Una compañera de los medios alternativos ha intentado preguntar, finalizado el turno de preguntas, aduciendo no saber que estaban ya asignadas antes de la comparecencia, sobre las violaciones de los derechos humanos en Oaxaca. No ha obtenido respuesta. Además, los dos presidentes se han permitido el lujo de irse con una sonrisilla (¿irónica?) en la boca.