- Análisis mitocondrial y nuclear de la universidad austriaca, sin coincidencias con los 43
- Reportan de manera conjunta GIEI, Centro Pro, expertos argentinos y PGR
- La prueba pendiente constituye la última posibilidad técnica para tratar de obtener secuencias genéticas
El Equipo Argentino de Antropología Forense cuando presentó su peritaje sobre el basurero de Cocula, Guerrero –en el cuestionó la
verdad históricaque difundió la PGR–, el 9 de febrero pasadoFoto José Antonio López
Gustavo Castillo y Georgina Saldierna
Periódico La Jornada
Sábado 9 de abril de 2016, p. 5
Sábado 9 de abril de 2016, p. 5
La Universidad de Innsbruck desarrollará nuevos estudios genéticos a 53 muestras de hueso, ropa y cabellos relacionados con la investigación del caso Iguala, luego de que los resultados de pruebas conocidas como exámenes de ADN mitocondrial y nuclear no permitieron obtener perfiles genéticos y establecer si correspondían a alguno de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en septiembre de 2014.
Lo anterior fue dado a conocer mediante un comunicado conjunto emitido por integrantes del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI); el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, en representación de los padres de los normalistas desaparecidos; el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), y la Procuraduría General de la República (PGR).La información se difundió tras una reunión entre integrantes de estas agrupaciones y la PGR, en que se abrió el sobre cerrado que el martes pasado le fue entregado por la Universidad de Innsbruck al subprocurador de Derechos Humanos de la PGR, Eber Omar Betanzos Torres.
“El documento contiene resultados referentes a 53 muestras de ropa y cabellos adheridos a ésta que se encontraron en los autobuses (en los que viajaron los normalistas antes de ser desaparecidos y), enviadas al IMG –Instituto de Medicina Legal de esa universidad austriaca– en septiembre de 2015; así como nueve muestras óseas y cabellos, provenientes del basurero de Cocula y dos muestras óseas de la bolsa del río San Juan, remitidas para su análisis en diciembre del mismo año.”
Los fragmentos fueron revisados y clasificados por peritos de la PGR y el EAAF, y posteriormente sometidos por el IMG a un análisis para obtener los perfiles genéticos.
Técnicas tradicionales
Se precisó que a los padres de los 43 normalistas
La secuenciación masiva paralela es la última posibilidad técnica para tratar de obtener secuencias genéticas de los pequeños fragmentos de hueso que se enviaron a Innsbruck, ya que científicamente se busca obtener “fragmentos de ADN ‘enrollados’ en su núcleo”.se les informó de manera preliminar que, referente a la segunda entrega, no fue posible obtener hasta el momento, identificación de perfiles genéticos, en la totalidad de las muestras de los restos óseos, por las técnicas tradicionales de ADN STR nuclear, ni ADN mitocondrial. El Instituto de Medicina Legal de la Universidad de Innsbruck está aplicando a estas muestras, la técnica de secuenciación masiva paralela (MSP), cuyos resultados serán recibidos posteriormente.
Con esta técnica fue posible que los científicos de Innsbruck identificaran que dos de los 60 mil fragmentos de hueso –que la PGR reportó haber encontrado en el río San Juan, en el municipio de Cocula en 2014–, correspondían a Alexander Mora Venancio y Jhosivani Guerrero de la Cruz, dos normalistas de Ayotzinapa.
Los estudiantes desaparecieron la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, tras haber sido privados de su libertad por policías municipales y posteriormente entregados a miembros de la organización delictiva Guerreros unidos, quienes, de acuerdo con la versión oficial, los asesinaron e incineraron en el basurero de Cocula.
Los fragmentos de hueso y cenizas de las víctimas –siempre de acuerdo con la versión oficial– fueron recogidos, echados en bolsas de plástico y lanzadas a la corriente del río San Juan.
Durante las investigaciones, el 29 de octubre de 2014, peritos de la PGR y efectivos de la Secretaría de Marina localizaron dos de las ocho bolsas en las que presuntamente se recogieron los restos de las personas víctimadas en el basurero de Cocula.
Esta es la tercera ocasión en que la Universidad de Innsbruck realiza estudios a evidencia relacionada con la desaparición de los 43 normalistas y los resultados dados a conocer a ayer, tardaron casi siete meses en ser entregados a la PGR, ya que las muestras se enviaron en septiembre de 2015.
Los estudiantes desaparecieron la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, tras haber sido privados de su libertad por policías municipales y posteriormente entregados a miembros de la organización delictiva Guerreros unidos, quienes, de acuerdo con la versión oficial, los asesinaron e incineraron en el basurero de Cocula.
Los fragmentos de hueso y cenizas de las víctimas –siempre de acuerdo con la versión oficial– fueron recogidos, echados en bolsas de plástico y lanzadas a la corriente del río San Juan.
Durante las investigaciones, el 29 de octubre de 2014, peritos de la PGR y efectivos de la Secretaría de Marina localizaron dos de las ocho bolsas en las que presuntamente se recogieron los restos de las personas víctimadas en el basurero de Cocula.
Esta es la tercera ocasión en que la Universidad de Innsbruck realiza estudios a evidencia relacionada con la desaparición de los 43 normalistas y los resultados dados a conocer a ayer, tardaron casi siete meses en ser entregados a la PGR, ya que las muestras se enviaron en septiembre de 2015.
Cabellos de diferentes procedencias
Ayer, durante el encuentro que se prolongó casi cuatro horas, estuvieron presentes el subprocurador de Derechos Humanos; Sara Mónica Medina, coordinadora general de Servicios Periciales de PGR; Carlos Beristáin y Claudia Paz y Paz, integrantes del GIEI; Mario Patrón y Santiago Aguirre, del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, y representantes de los padres de los normalistas; Mercedes Doretti y Miguel Nieva, del EAAF, así como el agente del Ministerio Público de la Federación Édgar Nieves Osornio.
Se informó también que en relación con las muestras de cabello, el IMG identificó que algunas eran de origen humano y otras de origen animal. En relación con las de origen humano, se les aplicó la técnica de ADN mitocondrial, por estar cortados y no tener bulbo, obteniéndose una misma secuencia, la cual no correspondió con ninguna de las secuencias de las familias. Esta muestra fue recolectada en una zona de la retícula principal donde no hay restos óseos (cuadrícula E12) del basurero de Cocula, en el interior de un recipiente de metal mezclado con restos de basura.