(17 de julio, 2016. Revolución TRESPUNTOCERO).- Luego de que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) hizo público un informe respecto al asesinato de Julio César Mondragón Fontes, estudiante de la Escuela Normal Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, la familia del joven exigió que el caso sea retomado por las autoridades federales y que se sancione a los responsables, informó la abogada de la familia, Sayuri Herrera.
En el documento, la dependencia a cargo de Luis Raúl González Pérez sostiene que el que el cuerpo del joven apareciera sin piel en el rostro no fue producto de desollamiento intencional, sino que se atribuye a la “fauna nociva” de la zona; es decir, perros y roedores, señalamiento que causó polémica entre funcionarios de la Procuraduría General de la República (PGR), los peritos argentinos y la viuda del normalista.
La divulgación del informe también generó controversia respecto al origen de la imagen del rostro de Mondragón que fue difundida a través de redes sociales la mañana del 27 de septiembre de 2014, a escasas horas de los hechos registrados en Iguala, Guerrero, en los que perdió la vida él y cinco personas más, que dejó varias decenas de heridos y la desaparición de 43 de sus compañeros.
Cabe recordar que el pasado lunes 11, José Trinidad Larrieta Carrasco, titular de la Oficina Especial para el Caso Iguala de la CNDH, presentó los resultados de la investigación sobre el asesinato de Mondragón, que incluía un análisis fotográfico, bibliografía especializada y entrevistas con estudiantes sobrevivientes.
En noviembre pasado, el cuerpo de Julio César fue exhumado y el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y personal de Servicios Periciales de la Procuraduría General realizaron una segunda necropsia. En el texto presentado por Larrieta, la CNDH resalta su participación como observadora del procedimiento.
El informe también incluye dictámenes realizados por solicitud del Poder Judicial de Guerrero, entidad donde se desarrolla el proceso penal por la muerte de Julio César Mondragón y cinco personas más acaecidos la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre en Iguala.
Aunque la CNDH concuerda con los dictámenes del EAAF y la PGR al señalar que un traumatismo craneoencefálico y múltiples contusiones en tórax fueron la causa de muerte del estudiante, discrepa de los peritos independientes y de la dependencia a cargo de la senadora con licencia, Arely Gómez, en el punto que causó indignación mundial: la ausencia del rostro del estudiante normalista, por lo que su familia exige que el caso sea atraído por dependencias federales.