Habitantes de San Salvador Atenco durante una protesta frente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en imagen de archivo. Foto María Luisa Severiano |
San Salvador Atenco, Méx. El movimiento de lucha de San Salvador Atenco es uno de los casos emblemáticos de resistencia de los últimos años en el país y tras 12 años de una de las peores represiones contra los campesinos por parte de las fuerzas policíacas del Estado mexicano, conocida como Mayo Rojo; y después de 17 años del surgimiento de la defensa de sus tierras contra las construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM); la lucha de los comuneros continúa y "hoy más que nunca se mantiene en pie".
Ignacio del Valle Medina, dirigente del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) sostuvo que la resistencia de los campesinos sigue vigente. "Son 17 años de resistir y luchar contra esa bestia gigante que existe, el Estado, y que tiene ese poder de aplastar y pisotear los derechos más fundamentales de los pueblos. Y 12 años de la represión brutal de nuestro pueblo, pero hemos resistido caminando juntos de la mano de tantos hermanos que nos han apoyado y se han solidarizado".
"Muchos nos ha dicho, sobre todo los medios de comunicación, que nos estamos oponiendo al progreso y bienestar, eso no es cierto. Nos estamos oponiendo porque la zona donde se construye su aeropuerto de muerte está siendo devastada y también están siendo destruidos los cerros donde se extraen los materiales; están siendo devastados los bienes, y los derechos de los pueblos están siendo aplastados. No solo el objetivo es tirar ese aeropuerto sino defender la dignidad que nos están pisoteando como pueblo, como nación", dijo.
Historia de una lucha
El lunes 22 de octubre de 2001, durante la gestión de Vicente Fox, la vida de los pueblos de San Salvador Atenco cambió su rumbo. En el Diario Oficial de la Federación se publicaron 19 decretos de expropiación por una superficie total de cinco mil 384 hectáreas de los municipios de Atenco, Texcoco y Chimalhuacán en el estado de México para el proyecto de construcción del NAICM. Eran 13 pueblos los afectados en sus ejidos; todos aledaños a la ribera del exlago de Texcoco y al lago Nabor Carrillo.
En Atenco, un pueblo hasta ese entonces tranquilo, con tradiciones ancestrales, con habitantes que eventualmente participaban en organizaciones y simpatizaban con movimientos sociales, pero con una historia de gobiernos priístas; se gestó el movimiento de lucha campesina más importante en el país, en los últimos años. Enarbolaron sus machetes y lucharon por defender sus tierras con el lema: "Tierra sí, aviones no", "No al aeropuerto" y "La tierra no se vende".
Los campesinos se organizaron, hicieron plantones, marchas, bloqueos, protestas e innumerables retenciones de funcionarios solo con el objetivo de echar abajo el proyecto aeroportuario.
Un 11 de julio del 2002, los campesinos fueron reprimidos por las fuerzas estatales cuando les impidieron el paso para llegar hasta Teotihuacán, en donde habrían de increpar al entonces gobernador mexiquense, Arturo Montiel.
Tras el enfrentamiento 12 campesinos fueron presos, un sin número resultaron heridos y 14 días después a consecuencia de los golpes policíacos falleció José Enrique Espinoza. Tras la muerte del campesino y oposición de la resistencia, la tarde del jueves primero de agosto de 2002, el gobierno federal determinó cancelar el proyecto aeroportuario.
Sin embargo, sobre las violaciones a sus derechos humanos nunca se resolvió nada a pesar de que quedaron plenamente documentadas y tampoco de los responsables de la muerte de Enrique Espinoza.
Mayo rojo
En 2006, en San Salvador Atenco ocurrió una de las represiones más violentas. El 3 de mayo, la lucha por los espacios para la venta en vía pública, frente al mercado municipal, Belisario Domínguez en Texcoco, fue la detonante para que el gobierno del estado de México, al mando de Enrique Peña Nieto, montara una estrategia, en complicidad con el ayuntamiento perredista, para vengarse del movimiento atenquense que años atrás había echado abajo uno de los mayores proyectos económicos del país, el de la construcción del NAICM.
Ese día, los miembros del FPDT fueron golpeados y se atrincheraron durante nueve horas en una vivienda, de donde fueron sacados a la fuerza y detenido el dirigente Ignacio del Valle Medina. Al mismo tiempo y en respuesta a la acción policíaca, los pobladores de Atenco bloquearon la carretera y la policía los enfrentó deteniendo a decenas de ellos. Ese 3 de mayo, durante el enfrentamiento, el joven de 14 años, Francisco Javier Cortés Santiago cayó asesinado por un disparo de arma de fuego, proveniente de las armas de los policías.
La madrugada del 4 de mayo, la acción policíaca continuó contra el pueblo de Atenco y miles de policías incursionaron en la comunidad. Utilizando gases lacrimógenos, catearon casas, detuvieron a cientos de ejidatarios y en el traslado hubo abuso sexual a las mujeres. En la refriega fue herido el estudiante de la UNAM, Ollín Alexis Benhumea Ramírez, quien fue impactado por uno de los proyectiles de gas lacrimógeno, lanzados por la policía y quién 34 días después murió.
El dirigente, Ignacio del Valle fue encarcelado en el Penal de Máxima Seguridad del Altiplano y condenado a 112 años de prisión, quién a la postre lograra su liberación años después. Más de 200 campesinos fueron recluidos en el penal de Santiaguito, que también lograron su libertad.
Del caso, organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales documentaron un sin número de violaciones a los derechos humanos. Pese a las múltiples denuncias y testimonios de abusos policíacos, golpes, vejaciones y abuso sexual hacia las mujeres, principalmente durante el traslado de los presos y los asesinatos de Alexis Benhumea y Javier Cortés; sólo 21 policías fueron sometidos a proceso, sin que alguno quedara preso.
En 2009, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) emitió una resolución del caso en la que dejó de manifiesto que sí existieron violaciones graves de garantías individuales, pero que no pudieron atribuirse participación a las autoridades y funcionarios que autorizaron el uso de la fuerza pública, así como aquéllos que participaron en la reunión en la que diseñaron la estrategia para implementar el operativo.
NAICM, confrontación permanente
Con la reactivación de la construcción del NAICM en septiembre de 2014 cuando el presidente Enrique Peña anunció que el lugar para edificar la terminal aérea era Texcoco; FPDT volvió a su resistencia, primero con movilizaciones y después con la presentación de varios amparos y denuncias penales.
A partir de esa fecha, las incursiones a las tierras de Atenco han sido constantes por parte de trabajadores y topógrafos, que comenzaron a laborar en la cimentación de los terrenos del NAICM y la barda perimetral. Los trabajadores eran custodiados por elementos policiacos y personal del Ejército. Cinco meses después, las confrontaciones fueron permanentes, al grado de que se detectó la incursión a los ejidos del pueblo de tanquetas del Ejército.
Los ejidatarios establecieron un campamento y vigilancia en la parte de los cerritos Huatepec y Tepezingo para no permitir la invasión de sus tierras y se declararon en alerta permanente. También, pararon las obras de construcción de la autopista Pirámides -Texcoco que forma parte del equipamiento del NAICM.
El gobierno federal y estatal comenzó con la operación de dividir las comunidades, utilizando a ejidatarios vinculados con el PRI y apoyados "por golpeadores", para enfrentar a los campesinos opositores y romper con su resistencia. Así en mayo de 2015, los grupos de choque, apoyados Policía Federal, desalojaron a los miembros del FPDT del plantón del cerro de Huatepec. Días después, lo hicieron con el plantón que tenían para impedir la construcción de la autopista.
En los últimos dos años y medio, las obras del NAICM han avanzado, alterando la vida de los habitantes de poblados aledaños y devastando el entorno de montes y cerros localizados en 12 municipios de la zona, con la explotación de al menos 150 minas de donde se extraen materiales pétreos para la cimentación de los terrenos del proyecto aeroportuario.
En los municipios de Texcoco, Tezoyuca, Otumba, Acolman, Teotihuacán, Nopaltepec, Temascalapa, Tepetlaoxtoc, Chalco, San Martín de las Pirámides y San Salvador Atenco, los pobladores se han opuesto a la explotación indiscriminada de las minas que ha afectado su entorno; también se han inconformado por el paso diario, en sus comunidades y vías principales, de los más de 5 mil camiones de carga y góndolas que se encargan del acarreo de materiales pétreos hacia los terrenos del NAICM, porque han deteriorado sus calles y afectado sus casas.
Los opositores han considerado que la edificación de la nueva terminal aérea y la explotación de minas están provocando un ecocidio de dimensiones extraordinarias. Actualmente, el FPDT ha conformado un frente con comunidades afectadas de al menos 12 municipios quienes lucha contra la obra aeroportuaria y en defensa de la naturaleza y la vida.