miércoles, mayo 30, 2018

Imposible haber cremado a los 43 alumnos de Ayotzinapa

Expertos internacionales rebaten la tesis de pira abierta
Gustavo Castillo García
Periódico La Jornada
Miércoles 30 de mayo de 2018, p. 5
Un estudio experimental realizado por especialistas internacionales en materia de fuego, dirigidos por Luis Yerman, integrante de la escuela de Ingeniería Civil de la Universidad de Queensland, Australia, en el cual participó José Luis Torero, ratificó que no es posible la destrucción total de la materia orgánica en la cremación de cuerpos por medio de una pira abierta, como presuntamente ocurrió con los 43 normalistas de Ayotzinapa en septiembre de 2014.
En el estudio publicado en la revista Fire Safety Journal, se señala que mediante pruebas realizadas con cuerpos de cerdos –que no forman parte de alguna investigación forense– se descubrió que se requiere un mínimo de nueve veces el peso del cuerpo en madera seca para lograr la destrucción casi completa de toda la materia orgánica, siempre y cuando el fuego esté siendo alimentado durante todo el proceso.
El estudio acerca de los requisitos de combustible para la degradación térmica de los cuerpos mediante la cremación de pira abierta fue realizado por Luis Yerman, Harrison Wall, Jerónimo Carrascal, Aidon Browning, Devduni Chandraratne, Christina Nguyen, Andy Wong, Tristan Goode, Daniel Kyriacou, Margaret Campbell, Julian Cao, Tam Do, Diana Casimiro-Soriguer, Andrea Lucherini, Sergio Zrate, Hons K. Wyn, Aarón Bolaños, Ángela Solarte, Carmen Gorska, Ba-Dinh Le, Son Tran, Quang Le y José Luis Torero.
Cómo validar una hipótesis de cremación
En su texto, los especialistas argumentan que en el caso de incendios no deseados que resultan en muertes, los cuerpos térmicamente degradados pueden ser una evidencia vital y un elemento clave de las investigaciones forenses es la identificación de los cuerpos de los restos de cremación.
Además, mencionan que “la degradación de los cuerpos tiene que correlacionarse con la dinámica del fuego para completar una investigación forense. La consistencia entre el nivel de destrucción de un cuerpo y la eficiencia de quemado, la intensidad y la duración de los posibles incendios debe demostrarse para inferir la validez de una hipótesis de cremación.
“Un ejemplo de alto perfil donde esta correlación se convirtió en clave para establecer la validez de una hipótesis forense se relaciona con lo que se ha denominado la ‘Verdad histórica’ en el caso de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa, México. Una investigación forense concluyó que varios cuerpos (hasta 43) fueron incinerados en el basurero municipal de Cocula.
Los restos humanos descubiertos en el basurero no mostraron restos de ADN debido al alto nivel de exposición al calor. Posteriormente, un panel de expertos concluyó que era necesario llevar a cabo experimentos realistas para determinar las características detalladas del incendio necesarias para lograr los niveles de cremación observados (es decir, la intensidad del incendio, la cantidad de materiales combustibles necesarios, etcétera).
Para llegar a esta conclusión, el panel verificó que los datos experimentales necesarios no estaban disponibles. No es raro que después de un incendio –quienes realizan la investigación– encuentren que los datos cuantitativos necesarios no están disponibles. Según lo establecido por el panel de expertos (4), un área donde hay pocos datos cuantitativos es la interacción térmica entre un incendio y aquellos individuos expuestos al fuego.
El estudio se realizó, señalan en la publicación, para proporcionar datos adecuados que permitan inferir la interacción entre un cuerpo y el combustible durante el proceso de pira abierta, y concluyen que es necesario un mínimo de nueve veces el peso del cuerpo en madera seca para lograr la destrucción casi completa de toda la materia orgánica (<10 cuando="" desaparece="" la="" pira="" q="">.
De acuerdo con el texto, en condiciones ideales (cuerpos más pequeños y alimentación continua de combustible) es necesario un mínimo de cinco veces el peso del cuerpo en madera seca para lograr la destrucción casi completa de toda la materia orgánica (<10 q="">.
Sin embargo, en todos los casos estudiados todavía quedaba materia orgánica importante en todos los animales incinerados. En tanto que, de acuerdo con lo ocurrido en el basurero de Cocula según la PGR, el fuego no dejó rastros de ADN en la mayoría de los restos localizados.