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os asistentes a la primera Conferencia Norte-Sur de Descrecimiento-Degrowth, reunidos en Ciudad de México, del 3 al 7 de septiembre, expresamos nuestro más rotundo rechazo a la construcción de Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), y por razones similares también al de Santa Lucía. Por ahora, sólo nos referiremos a la afectación ecológica.
El sitio seleccionado para el megaproyecto es un ecosistema de cuenca endorreica, que abarca una región lacustre de siete lagos originarios. Por ser un suelo de tipo salitroso las consecuencias son muy graves: sismicidad, hundimiento e inundaciones en el área del proyecto. Menos aún se garantizan aspectos de balance hídrico y ecológico respecto de los hábitat de comunidades de flora y fauna en ese ecosistema.
Asimismo, el modelo hídrico provoca el desvío de seis ríos del vaso regulador de Texcoco y la desecación del lago artificial Nabor Carrillo. Todo lo anterior generará islas de calor que agudizarán el cambio climático y tendrán consecuencias concomitantes, todas negativas e irreversibles.
La dirección de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA) de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) autorizó el proyecto en 2014, con múltiples condicionantes para cumplir con las medidas de seguridad respecto de la mecánica de suelos, sismicidad, hundimientos e inundaciones del área del terreno. Las condiciones anteriores incumplidas, fueron confirmadas en los sismos de 7 y 19 de septiembre de 2017. Exigimos a la Semarnat-DGIRA realice una evaluación profunda del impacto del terremoto de magnitud 7.2 y verificar o ratificar su dictamen aprobatorio.
Grupo de Tecnología Alternativa SC, Josefina Mena Abraham, presidenta; Carlos Gilberto García Mora Ibarra, Blanca Lilia Morales, Jessica Almeraya y 32 firmas más