Pedro Salmerón Sanginés
U
n grupo numeroso de periodistas y opinólogos que tienen en común la descalificación y criminalización de los movimientos sociales, lanzaron el 3 de octubre una campaña política y mediática para que el Senado otorgue de manera póstuma la medalla Belisario Domínguez a Gonzalo Rivas Cámara, quien falleció a consecuencia de las quemaduras sufridas el 12 de diciembre de 2011, al intentar apagar el incendio de una gasolinera, presuntamente provocado a propósito por estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, que de ese modo, de
vándalosse habrían transformado en incendiarios y asesinos, pues quienes solicitan la medalla para Rivas Cámara añaden siempre el latiguillo
quemado vivo, atribuyendo la brutal intencionalidad al atroz accidente.
Quiero recalcar
presuntamentey
accidente, porque quienes quieren usar hoy la muerte de Gonzalo Rivas para criminalizar a los normalistas se atienen a una versión de los hechos, fabricada originalmente por el entorno del gobernador Ángel Aguirre Rivero para rechazar o distraer de las tremendas responsabilidades que por dos asesinatos, una muerte accidental, torturas, y otras violaciones graves a los derechos humanos, señaló en su momento la CNDH (http://www.cndh.org.mx/sites/all/doc/ Recomendaciones/ViolacionesGraves/ RecVG_001.pdf).Quienes hoy piden la medalla para Rivas Cámara hacen suya y exageran la versión que les conviene, desechando cualquier otra y, pues son propagandistas, rechazan compulsar, criticar o confrontar sus fuentes. Hacen lo mismo con respecto a los hechos del 26 de septiembre de 2014, en Iguala: criminalizan a los normalistas y ven en la Procuraduría General de la República un ejemplo transparente de justicia eficaz y expedita.
Sobre los hechos del 12 de diciembre de 2011, recordemos también que aunque en su momento se dijo que se había identificado a los dos incendiarios, y que fueron consignados numerosos policías ministeriales, no hay nadie preso, nadie identificado por el homicidio culposo de Gonzalo Rivas ni por el homicidio doloso de los normalistas Alexis Herrera y Gabriel Echeverría. Resulta sospechoso que aquellos dos incendiarios sigan impunes y anónimos, lo que nos obliga a dar mayor crédito a las versiones alternativas (ya lo señalaba la CNDH en su informe:
Hasta el momento la Procuraduría General de la República ni su homóloga en el estado de Guerrero han informado sobre las acciones para esclarecer el homicidio de V48, es decir, Rivas Cámara. Y hasta la fecha seguimos en las mismas).
Y además de la muy detallada versión de la CNDH, que glosaremos en próximo artículo, existen otras versiones, complementarias entre sí, que con base en afirmaciones de testigos y partícipes han presentado el doctor Arturo Miranda (Los 43 normalistas que estremecieron a México), la página Subversiones (http://subversiones.org/archivos/2520) y los periodistas Témoris Grecko (http://aristeguinoticias.com/1210/mexico/ grupo-nexos-como-fabricar-un-heroe-anti-ayotzinapa/) y Luis Hernández Navarro (http://www.jornada.unam.mx/2015/12/ 15/opinion/016a1pol). Hay en ellas un hecho común que resulta fundamental (que complementa un video anónimo: https://www.youtube.com/watch?v=nqOLfNurhLI): diversos testimonios señalan que los incendiarios de la gasolinera fueron dos individuos vestidos de rojo que surgieron de atrás de las filas de la policía y que, luego de incendiar la estación de servicio, huyeron por el lado cubierto por la policía. También se añaden otros elementos a considerar: la terrible deflagración que en la versión de sus propagandistas evitó heroicamente Gonzalo Rivas, sencillamente nunca pudo haber ocurrido, por razones técnicas claramente explicadas por Grecko; y en el momento del incendio, la gasolinera estaba en el sector controlado por la policía. Todo ello nos obliga a estudiar otra vez los hechos de aquel día.
Estas versiones exculpan a los normalistas y al hacerlo quitan su argumento central a quienes insisten en criminalizar a un movimiento que, desde ese día hasta la fecha, ha tenido 10 fallecidos de muerte violenta y 43 desaparecidos (y al menos cinco de los muertos y todos los desaparecidos, a manos o con la evidente complicidad de agentes del Estado). Quienes pretenden convertir en héroe a Rivas Cámara han callado ante el asesinato de activistas y han criminalizado a las víctimas de la acción u omisión del Estado.
Los héroes se construyen. ¿La medalla que piden para el héroe así construido no trae consigo una visible cauda de odio y encono contra los normalistas, con la pretensión de criminalizarlos? ¿Es de verdad para reconocer el valor de Gonzalo Rivas? Si es así, invito a quienes lo proponen de buena fe que hagan suya la sugerencia de Vidulfo Rosales (quien por cierto, el 27 de septiembre de 2014 arriesgó su vida para salvar muchas otras: http://www.eluniversal.com.mx/entrada-de-opinion/columna/ricardo-raphael/nacion/2016/04/18/quien-es-vidulfo-rosales): que se entregue de manera simultánea a Gonzalo Rivas y a Alexis Herrera y Gabriel Echeverría (y que se esclarezca la muerte de los tres)… o, sugiero por mi parte (tras leer a Grecko), a Daniel Solís Gallardo y Julio César Ramírez Nava, quienes también arriesgaron su vida (y la perdieron) para salvar muchas otras.
Twitter: @HistoriaPedro