Los de abajo
Gloria Muñoz Ramírez
E
l llamado a no dejarlos solos prevaleció durante el concierto que los padres y madres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa organizaron para seguir reclamando a sus hijos. Igual que hace 23 meses, cuando el Estado se los arrebató.
Miles de jóvenes, seguramente muchos de la misma edad de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Raúl Isidro Burgos que fueron desaparecidos, se unieron en un solo grito y en un solo baile, en un evento en el que las bandas solidarias ofrecieron su música y cientos de jóvenes voluntarios su trabajo.
Los padres han buscado incansables en fosas y hospitales, un año se esforzaron por echar abajo la
verdad históricaque desde el gobierno quisieron venderles. Hoy están frente a una multitud que tampoco olvida.
Casi dos años;
23 meses de no descansar, en los que únicamente hemos recibido mentiras del gobierno. Nosotros como padres los seguiremos buscando y por eso les pedimos que nos sigan acompañando. Don Emiliano luce el rostro cansado, pero su cuerpo no se rinde.
No hay paz desde hace 23 meses. A su lado, una de las madres es igualmente clara:
Aquí seguimos con el mismo dolor, con la misma angustia de no saber nada de ellos. Cada mañana al despuntar el alba miramos el horizonte con la esperanza de que ese día los encontraremos, pero nos tropezamos con los funcionarios mentirosos y corruptos que nos cierran la puerta de la verdad y la justicia. Al anochecer el optimismo se desvanece, el camino es gris y oscuro.
Son ya 23 meses de incertidumbre y angustia,
vacío y tristeza acompañan nuestras noches de insomnio. Así es nuestra vida desde hace casi dos años, dicen, y el público se les entrega. Es evidente que la música convoca, sería bueno que sin bandas su grito se siguiera escuchando. Por eso insisten en el llamado:
No nos dejen solos.
En este año y 11 meses han conocido el territorio mexicano de abajo y se han encontrado con muchos como ellos.
El 43 seguirá ondeando en la bandera que empuña el maestro que lucha contra la reforma educativa, el campesino que defiende su tierra y sus recursos naturales, el obrero que lucha por mejores condiciones de trabajo, y el estudiante que defiende el espacio público.
Su reclamo a la PGR es frontal:
No ha hecho nada, desvían las pesquisas y manosean el proceso de búsqueda. La burla ha sido la constante. Mientras una silla en la mesa de su casa sigue vacía. La separación del cargo de Tomás Zerón, jefe de la Agencia de Investigación Criminal, el mecanismo de seguimiento especial con facultades amplias de visitas periódicas y revisión del caso, siguen siendo sus demandas.