- Imputan a comisario ejidal ordenar el desalojo violento del viernes; empresa Cypsa se deslinda
- Presentan denuncia líderes del FPDT, de Atenco y Texcoco; concesionarias violan fallo federal, dicen
Integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra dieron una conferencia de prensa, ayer en la plaza principal de Tocuila, municipio de Texcoco, donde también reinstalaron su plantón y fueron respaldados por habitantes del municipio de Coyotepec y estudiantes de la Universidad Autónoma ChapingoFoto Javier Salinas
René Ramón y Javier Salinas
Corresponsales
Periódico La Jornada
Domingo 21 de agosto de 2016, p. 24
Domingo 21 de agosto de 2016, p. 24
Texcoco, Méx.
Integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) que se oponen a las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) reinstalaron ayer su campamento en la plaza de Tocuila, tras la agresión de golpeadores y
policías vestidos de civilque la tarde del viernes intentaron desalojarlos con palos, piedras y tubos de las tierras ubicadas en el ex lago de Texcoco.
Señalaron al presidente del comisariado ejidal de Tocuila, Humberto Elizalde Miranda, como quien dio la orden de reprimirlos y mostraron la copia de dos cheques emitidos por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, cuyo monto total supera 3 millones 300 mil pesos, cantidad que el imputado habría recibido por la venta de las tierras, aun cuando existe un amparo en favor de los labriegos.
La constructora Cypsa Vise rechazó que las personas que agredieron a los ejidatarios pertenezcan a su equipo de trabajo, y reiteró que las obras se realizan en una zona que cuenta con todos los permisos y la autorización de 97 por ciento de los ejidatarios, quienes negociaron la venta de sus terrenos en una asamblea.
También informó que con el apoyo de autoridades se iniciará una investigación respecto de la confrontación que se desató el viernes pasado entre sus trabajadores e integrantes del FPDT, y pidió a
grupos ajenosno interfieran en la obra que se realiza en la región.
Encabezados por Ignacio del Valle Miranda, María Trinidad Ramírez y Adán Espinosa, dirigentes del FPDT, los ejidatarios de San Salvador Atenco y Tocuila, Texcoco, anunciaron que tras la golpiza que recibieron –entre ellos varios periodistas–, una comisión se trasladó al juzgado noveno de distrito del Poder Judicial de la Federación (PJF), donde entregaron evidencias fotográficas y de video.
En rueda de prensa que dieron este sábado, solicitaron al PJF proceder legalmente contra las empresas Lince y Cypsa Vise, concesionarias de la construcción de la autopista Texcoco-Pirámides, porque al reingresar con maquinaria y golpeadores, que derribaron y quemaron el campamento, violaron la resolución del PJF.
Del Valle detalló que por conducto del abogado solicitaron la presencia de un actuario para que certifique que el sábado continuaban ocupadas las tierras ejidales, por lo que solicitaron la ampliación de la denuncia por violación al amparo.
Explicó que hace unos días el juzgado noveno de distrito, con sede en Nezahualcóyotl, otorgó la suspensión definitiva al recurso de amparo con número de expediente 349/2016, en el cual ordenó que las cosas se mantengan como están, mienras se dicta sentencia.
Del Valle reconoció que sienten impotencia, pues la mayo- ría de los golpeadores eran menores de edad y durante la agresión había personal de Gobernación, pero “afortunadamente no caímos en la provocación".
Trinidad Ramírez advirtió que
está en riesgo la seguridad e integridad de nuestras comunidades, aquí es donde debemos mostrar el amor por nuestra patria e impedir el despojo de las tierras.
Adán Espinosa llamó a la policía, a la Marina y al Ejército
a no dirigir sus fusiles contra el pueblo. Responsabilizó al presidente Enrique Peña Nieto de lo que pueda pasar en los próximos días.
Violeta Ramírez, hija de ejidatario, y Raúl Flores, campesino de Tocuila, llamaron a las organizaciones sociales del país a solidarizarse con su lucha y advirtieron que pese a la agresión, continuarán vigilando en Tocuila y en el paraje el Paraíso de Atenco, para que no haya otra intromisión.