- La señora Bertha Nava y su esposo se reúnen con activistas en Tepoztlán, Morelos
- El 26 de septiembre de 2014 su hijo estaba en Ayotzinapa y acudió a Iguala a ayudar a sus compañeros
Rubicela Morelos Cruz
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 24 de julio de 2015, p. 4
Viernes 24 de julio de 2015, p. 4
Tepoztlán, Mor.
La madre y el padre de Julio César Ramírez Nava, uno de los tres alumnos de la Normal Rural de Ayotzinapa asesinados el pasado 26 de septiembre en Iguala, Guerrero, manifestaron que mientras el gobierno federal y el Ejército Mexicano no presenten con vida a los 43 estudiantes desaparecidos desde ese día, ‘‘no habrá justicia’’ para sus hijos ‘‘masacrados’’.
Bertha Nava y Omar Ramírez, padres de Julio César, así como normalistas de Ayotzinapa, visitaron ayer la comunidad morelense de San Andrés La Cal, invitados por los integrantes de los Frentes Unidos en Defensa de Tepoztlán, luego de que este jueves se cumplieron dos años de que los activistas fueron desalojados por la policía estatal por oponerse a la ampliación de la autopista La Pera-Cuautla.
‘‘Lo más importante para mí es que nos regresen con vida a los 43 estudiantes que se llevaron. Si no nos los regresan no habrá justicia para mi hijo, ni para los otros dos muchachos masacrados. No puede haber justicia si no nos regresan a los 43 estudiantes con vida’’, reclamó Bertha Nava.
Dijo a los pobladores de San Andrés que no se va quedar en la tumba de su hijo llorando día y noche su ausencia; por el contrario, aseguró que por su hijo, ‘‘asesinado por policías de Iguala, solapados por elementos del Ejército Mexicano, luchará a la par con los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa y con los padres de los 43 desaparecidos, hasta que el gobierno federal, que encabeza Enrique Peña Nieto, los regrese con vida.
Relató que su fortaleza la obtiene del recuerdo de su hijo, quien la tarde-noche del 26 de septiembre de 2014 se encontraba en la normal cuando sus compañeros fueron atacados. Narró que Julio César (originario de Tixtla, Guerrero) fue en auxilio de sus compañeros. Subrayó que ‘‘por ese valor que mostró mi hijo’’, ella no le tiene miedo a nada, ni siquiera a la muerte.
Aseveró que para ella está claro que en el asesinato de los tres normalistas y la desaparición forzada de 43, participó el Ejército. Acusó que en Guerrero y otras regiones del país militares y policías desaparecen y matan a estudiantes, trabajadores y maestros que luchan por su dignidad, sus derechos y vida.
Exhortó a los habitantes de Tepoztlán a seguir defendiendo su territorio, su medio ambiente, su agua, su aire y su vida. Sostuvo que la masacre y desaparición de los 43 normalistas es apenas la punta de la violencia institucional y narcoviolencia que, dijo, existen casi a la par en este país.