Revelar si siguen o no en el 27 batallón arriesga sus vidas, argumenta
Jesús Aranda
Periódico La Jornada
Viernes 2 de octubre de 2015, p. 7
Viernes 2 de octubre de 2015, p. 7
Debido a las circunstancias sociales que vive el país, informar adónde fueron enviados o si no fueron enviados a ninguna parte los elementos del 27 batallón de infantería pone en peligro sus vidas, pues los hechos ocurridos en Iguala, Guerrero, en relación con la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, tienen diversas aristas, advierte la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Entre dichas aristas señala
la existencia de grupos sociales que exigen la aparición con vida de los estudiantes, así como de la delincuencia organizada que presuntamente estuvo inmiscuida en dichos acontecimientos, por lo que proporcionar la ubicación actual de los soldados pone en peligro su integridad y sus vidas.
Al responder a una solicitud de información hecha por este diario, la dependencia se negó a decir si algunos de los elementos que conformaban dicho batallón el día del ataque a los normalistas permanecen o fueron cambiados de unidad, ya que pondría en riesgo la integridad de los militares,
ante la existencia de algún grupo que pudiera buscar ajuste de cuentas, como de aquellos que en reclamo de esclarecimiento de los hechos traten de hacer justicia por propia mano.
La respuesta de la Sedena, la cual fue convalidada en sesión pública por el pleno del Instituto Nacional de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai), señala que dicha información fue
reservada, por lo que no podrá ser pública antes de 12 años.
A pesar de que la petición de información no incluía los nombres de los militares, únicamente hacía referencia al cargo y grado que ostentaban, la Sedena insistió en que
pronunciarse sobre el hecho de que un número determinado de militares fue movilizado, o no, de cierto lugar geográfico, invariablemente serían relacionados con los delitos perpretados contra estudiantes en Guerrero y los pondría en estado de fragilidad.
Asimismo, rechazó dar a conocer el número de elementos que conformaban el 27 batallón de infantería, con el argumento de que
los movimientos del personal que ha realizado la Secretaría de la Defensa Nacional en un batallón específico darían cuenta de la localización de todo su personal, lo que, concatenado con los lamentables hechos acaecidos en contra de los normalistas, vulneraría su seguridad, pues no sólo tiene relevancia para la delincuencia organizada que, aparentemente, participó en los hechos, sino la misma sociedad guerrerense es la que ha sido agraviada, lo que puede desatar un sinnúmero de conjugaciones que pongan en peligro la vida de los efectivos militares.
La respuesta, firmada por el Estado Mayor del Ejército, señala que revelar cuántos elementos, con su cargo y rango, son movilizados de un batallón específico a una adscripción diferente, o incluso si ninguno ha sido cambiado,
daría importantes datos de la composición, organización y, sobre todo, localización del personal del batallón o área específica de la Secretaría de la Defensa Nacional, pues los militares de distintas jerarquías se encuadran dependiendo de las necesidades que haya en cada unidad organizativa.
Relevar esos datos, aseveró, “proporciona inteligencia para incluso desaparecer tal grupo organizativo o personal del Ejército.
No cabe duda que el empleo de las fuerzas armadas en operativos de seguridad pública es una realidad actual, por lo que su enfrentamiento con grupos delincuenciales es constante; en ese sentido, proteger toda la información que dé cuenta de sus operaciones y ubicación es preservar el buen desempeño del instituto armado, así como la seguridad de las personas, concluye