El 18 de julio los abajo firmantes fuimos padrinos de graduación de la generación 2011-2015 en la normal rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa. Conocemos ese centro de estudios y a sus alumnos y manifestamos una honda preocupación por su destino.
Dos de sus compañeros fueron asesinados en un desalojo policiaco en 2011 y otros 43 fueron víctimas de desaparición forzada el 26 de septiembre de 2014. Después de esas tragedias, los recién graduados enfrentan agravios inaceptables, incluyendo averiguaciones previas abiertas por la PGR desde 2012.
Quienes ya padecieron el horror siguen siendo objeto de amenazas. Tampoco hay claridad respecto de su destino profesional. Hasta el momento no se les han otorgado las plazas prometidas por los gobiernos estatal y federal. Los 121 egresados de la
generación incompletade Ayotzinapa se encuentran desempleados.
Hacemos un llamado para que cese el acoso a los normalistas, que en circunstancias de enorme adversidad no han depuesto su ideal de educar a las nuevas generaciones, y se les brinde el apoyo que sin duda merecen. Un país que maltrata a sus maestros carece de futuro.
Elena Poniatowska, Rafael Barajas El Fisgón, Luis Hernández Navarro, Armando Bartra, Paco Ignacio Taibo II, Gabriel Retes, Héctor Bonilla y Juan Villoro