El viernes 26 de septiembre fue un día negro en la ciudad de Iguala, en el Sur de México: 43 de sus estudiantes desaparecieron. Tras ser atacados por la policía local y hombres armados no identificados, unos 25 estudiantes fueron detenidos por la policía y el resto secuestrados. Desde entonces no se ha sabido nada de ellos. Ese día además murieron seis personas y 20 resultaron heridas, algunas de gravedad, por los ataques de la policía y los grupos criminales.
Desgraciadamente este caso no es extraordinario en México, donde los secuestros y las desapariciones son una práctica habitual en una situación en la que las autoridades a menudo actúan en connivencia con bandas delictivas.
Pero este no puede ser un caso más. Un grito de dolor y desesperación se ha extendido por todo México. El gobierno mexicano debe investigar, encontrar a los estudiantes desaparecidos y castigar a los culpables. Apoyemos a las familias para exigir que sus hijos sean encontrados.
¡Actúa! Pide a las autoridades mexicanas una investigación seria y exhaustiva sobre estos dramáticos acontecimientos.