Integrantes de organizaciones civiles marcharon ayer hasta la instalaciones del IMSS para exigir justicia por la muerte de 49 niños en la guardería ABC. La protesta estuvo plagada de performance
La movilización finalizó en las oficinas centrales del Seguro Social. Fotos: Mónica González
Empezaron a reunirse frente a la PGR, sobre Paseo de la Reforma, y exigieron justicia por los 49 niños muertos en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, y luego avanzaron río arriba, rumbo al IMSS, donde aguardaba el colectivo Mujeres sin miedo, encabezado por Jesusa Rodríguez y Ofelia Medina. La primera, vestida de negro y careta de tirano, representaba a la “impunidad”; la segunda, toda de blanco, venda en los ojos, simbolizaba la “justicia” atropellada.
La marcha crecía. Avanzó bajo una tupida llovizna. “¡Los asesinos están en Los Pinos!”, coreaban hombres y mujeres, integrantes de organizaciones civiles. “¡Los-asesinos-están-en Los Pinos!”, repetían, mientras mostraban figuras de ángeles y los nombres de los niños fallecidos en el incendio y después de éste en la estancia infantil aquel aciago 5 de junio. La irritación subía de tono. También las frases. La mayoría dirigidas contra Felipe Calderón y Medina Mora.
Una pancarta: “Cero encarcelados igual a impunidad”. Blandían diversos letreros. Uno de éstos lucía fotos de las propietarias de lo que se convertiría una trampa mortal, y un letrero: “Recompensa: un mejor México”. Y manuscritos que pendían de sus cuellos: “No fue negligencia. Es asociación delictuosa. Todos sabían lo que podía pasar”. Y más voces en coro: “¡Justicia, justicia, nos tienen que oír; es por los niños, que estamos aquí!”. “¡Los niños de Sonora también son nuestros hijos!”
En la procesión se repetían pancartas y fotos de los presuntos culpables: Alfonso Escalante Hoffer y Sandra Téllez Nieves, Antonio Salido Juárez y Marcia Gómez del Campo Tonella, y Eduardo Urquídez, seguidas de un letrero: “Se buscan”. En el inicio era exiguo el número. En el transcurso aumentaría la cifra. Algunos se unían a la protesta; otros ya habían arribado en el segundo sitio de la convocatoria. La lluvia hizo que varios se guarecieran; el resto resistía con y sin paraguas.
Por fin el gentío se hizo más y engrosó su número frente al inmueble marcado con el 476, domicilio del IMSS, bajo un aguacero que arreciaba, lo no fue motivo para la dispersión, sino al contrario: ocuparon las gradas de la institución y los demás esperaron del otro lado de la lateral, que pronto fue invadida por la multitud. Ya era de noche. Las 20:00 horas. “La gente consciente, se une al contingente”, cantaban.
Frente a las puertas giratorias permanecía sentada Jesusa Rodríguez, disfrazada con una máscara de alargada nariz negra, e igual tono el resto de su vestimenta y terciado un letrero sobre el pecho: “impunidad”.
La gente gritaba:
“¡La corrupción, está con Calderón!” “¡Por nuestros niños, no a la impunidad!”. Sobre las escalinatas encendieron veladoras. Arreciaba la lluvia. Los gritos no cesaban. “¡A-se-si-nos, a-se-si-nos!”, repetían, en tono de rezo. Una mujer habló frente al micrófono. Los gritos opacaban su declaración ante los medios informativos, que también eran atacados verbalmente por unas cinco personas.
La lluvia seguía.
“¡Por los niños de Sonora, el cielo llora y llora!”, repitieron los manifestantes. “¡El cielo llora y llora, por los niños de Sonora”! Pasaban peatones cerca de la zona y miraban curiosos. “¡La indiferencia, también es delincuencia!” “¡Los asesinos, están en Los Pinos!”. Un minuto de silencio y la “v” de la victoria. La mujer frente al micrófono siguió hablando y dijo que por ningún motivo quedarían en silencio.
Después exigió al procurador Medina Mora información precisa sobre los dueños de la guardería ABC. Y luego mencionó a los anteriores directores del IMSS, y preguntó: “¿Están siendo investigados Horcasitas y Santiago Levy? Usted, señor procurador, ¿será cómplice?"
Y con antorchas iluminaron la zona. Integrantes del colectivo Mujeres sin miedo, encabezadas por la actriz Ofelia Medina, gasa blanca en el rostro, utilizaron fotografías de Juan Molinar Horcasitas, anterior director del IMSS, y del actual, Daniel Karam, así como del gobernador de Sonora, Eduardo Bours, y Carla Rochín, ex coordinadora de Guarderías.
Jesusa Rodríguez, máscara negra, mencionaba a los referidos personajes. Representaban un performance, El entierro de la justicia, junto a un féretro blanco, que exhibían a los pies de “la justicia”, representada por Medina.
Seguido de cada nombre, agregaba una expresión sarcástica. La gente respondía con insultos. “Un gran gobernador”, dijo, refiriéndose a Bours, y se oyeron mentadas de madre, y más: “¡asesino!”. Al final, escenificaron un juicio a los funcionarios, y el veredicto fue: “¡culpable, culpable, culpable, culpable!”.