Fernando Camacho Servín
Periódico La Jornada
Domingo 11 de noviembre de 2018, p. 10
Domingo 11 de noviembre de 2018, p. 10
A pesar de que el proyecto del aeropuerto en Texcoco ya fue cancelado por el gobierno entrante, un par de compañías constructoras insisten en edificar una autopista que iba a comunicar a la nueva terminal aérea con las carreteras de los alrededores, cuya terminación implicaría destruir totalmente la casa de una familia, advirtió el Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero (CDHZL).
Antonio Lara, director del mencionado colectivo, explicó en entrevista que en 2013, cuando el presidente Enrique Peña Nieto ya había anunciado el proyecto, las empresas Pinfra y Cipsa comenzaron a construir una vialidad que pretendía unir esa terminal con tres autopistas cercanas: México-Pirámides, México-Tuxpan y Peñón-Texcoco.
Ambas compañías diseñaron el trazo de la carretera sin tomar en cuenta que en medio de cierto tramo, entre las comunidades de San Salvador Atenco y Acuexcomac, hay una casa –propiedad de la señora Nieves Rodríguez y su familia– que tendría que ser derrumbada por completo.
Empezaron a construir la carretera así nada más, sin avisarle a la dueña ni a su familia, porque en 2013-2014 era impensable que se cancelara el aeropuerto, y por eso la hicieron con el dolo de destruir todo lo que estuviera a su paso. Si desde el principio se hubiera hecho un trazo para evitar la destrucción de viviendas, no tendríamos hoy este conflicto, lamentó.
De acuerdo con Lara, las empresas se acercaron a la dueña del inmueble para ofrecerle dinero para que permitiera el derribo de su propiedad, pero ella se negó a escuchar cualquier ofrecimiento, al considerar que esa era la casa donde habían crecido sus hijos y porque no le habían notificado antes sobre la construcción de la carretera ni le preguntaron si estaba dispuesta a vender o no.
Luego de que se anunciara la cancelación del proyecto del aeropuerto en Texcoco, las dos compañías responsables de la autopista siguieron con los trabajos, con la intención de terminar la vialidad, pero la señora Rodríguez siguió negándose a abandonar su casa.
A inicios de la semana uno de los hijos de la propietaria recibió una llamada telefónica anónima, para amenazar a la familia con matarlos si no se iban de su casa, prácticamente de un día para el otro. Al avisar de lo ocurrido, vecinos de la mujer e integrantes de organizaciones civiles le manifestaron su solidaridad y aceptaron custodiar el inmueble para evitar alguna agresión.
Hoy no es un tema de dinero, porque la señora Nieves está poniendo por delante su dignidad y el compromiso que hizo con su familia de mantener ese espacio, que puede ser una casa humilde, pero para ella es su hogar, y eso hace imposible la construcción de la carretera sin que haya violencia, advirtió Lara.