Señora Barrales: ¿Usted también?
Tal y como el señor Slim lo hace, ahora usted se mete con nuestra tierra, nuestra historia y nuestras vidas.
¿Por qué? ¿Qué mal le hemos hecho?
El 18 de abril, al participar en el debate para gobernar la Ciudad de México, la escuchamos decir que está a favor de la construcción del Nuevo Aeropuerto. Lo que significa que está a favor de que nos despojen nuestras tierras y de que nuestros pueblos entren en un irreversible proceso de extinción. Lo mismo nos desea el señor Carlos Slim. Pero entre él y usted hay una enorme diferencia. Verá usted.
El señor Slim es congruente con su clase. Representa al poder del dinero, al gran capital nacional y extranjero. En consecuencia con ello, sale en defensa de la construcción del Nuevo Aeropuerto; o sea, en defensa de sus negocios. Slim es un enemigo sincero. Su comportamiento de clase, estrictamente en ese sentido, es congruente.
En cambio usted señora Barrales, está lejos, muy lejos de eso. Mire usted las ironías de la vida.
Cuando Fox, en el año 2000, nos quiso arrebatar las tierras con su decreto, usted ya trabajaba justamente en el actual aeropuerto. Era sobrecargo de aviación, un puesto que antes simplemente era conocido como aeromoza. O sea, usted era una trabajadora del aire, y nosotros del campo.
Y cuando Mexicana de Aviación, la empresa para la que trabajaba, se declaró en quiebra, despidiendo a 5000 almas, usted era la Secretaria General de Sobrecargos de Aviación. Y luchó, y protestó y se manifestó contra el capital y a favor del trabajo. O sea, antes fue congruente con la clase social de la que emanó. Pero ahora, ¿Qué le pasó?
Incluso, su conducta original de clase, la llevó a ser invitada e incluida en esfuerzos de coordinación sindical a nivel nacional, como la Federación de Empresas de Bienes y Servicios (FESEBES) y la Unión Nacional de Trabajadores (UNT). Ahí ocupó cargos. Ahí representó a más que las Sobrecargos. Pero ahora, ¿Qué le pasó?
Con sus declaraciones a favor de Slim, favor de los gobiernos derechistas y represores, todo parece indicar que usted retomó el vuelo, pero hacia otra clase, la clase que antes combatió. ¿Por qué señora Barrales? ¿Qué la hizo cambiar? ¿Su departamento en Miami? ¿Su casa en Las Lomas de Chapultepec? ¿Su ambición por seguir ganando carrera en el gran negocio que hay detrás de la impunidad?
Slim es congruente; pero usted, no.
Slim es sincero con su clase; pero usted es una desclasada social. El dinero le corrompió el alma.
Usted es una decepción para la clase obrera del aire y de la tierra.
Y hablando de la tierra, nos despedimos de usted como lo hicimos de Slim:
Esas tierras nos pertenecen. Por varias generaciones han sido labradas y defendidas con ríos de sudor, lágrimas y sangre. Son nuestra vida, y la vida señora Barrales, nosotros, a diferencia de usted, no es moneda de cambio con los que nos imponen muerte.
Quédese usted al lado de Slim y las chequeras de los despojadores de México. Nosotros, por nuestra parte, no daremos un paso atrás en defensa de la tierra, por el contrario, llamamos a todas y todos a resistir, a luchar ahora y después del 1 de julio.
¡Porque amamos la vida podemos pelear hasta la muerte!
¡ZAPATA VIVE, LA LUCHA SIGUE!
Atentamente:
Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, Atenco.