Afirma Ingrid Jäker, politóloga alemana
Por Guadalupe Cruz Jaimes
México DF, 4 julio 08 (CIMAC).- Las agresiones que sufren las mujeres detenidas durante los operativos policíacos en México tienen una característica particular: la violencia sexual.
Así lo afirmó, en entrevista con Cimacnoticias, Ingrid Jäker, politóloga alemana, quien de febrero a junio de 2008 documentó, a través de entrevistas y textos, los agravios cometidos por las autoridades del país en contra de las mujeres.
Su investigación titulada "Violencia en contra mujeres por parte de policía en México. Derechos humanos en la esfera pública", se originó ante las violaciones sexuales cometidas durante un operativo por elementos policíacos estatales y federales contra 26 mujeres en San Salvador Atenco, Estado de México, el 3 y 4 de mayo de 2006.
El documento abarca también los recientes abusos por parte de la policía del Distrito Federal a las y los adolescentes y jóvenes que el pasado 20 de junio se encontraban en la discoteca New’s Divine, al norte de la Ciudad de México.
Ejemplo de los abusos de policías contra mujeres son los cometidos el 3 y 4 de mayo de 2006 en San Salvador, Atenco; el caso de Nadia Ernestina Zepeda, detenida en un operativo antinarcóticos en la colonia Agrícola Oriental de la Ciudad de México, en 2003, así como el secuestro de tres adolescentes por integrantes del 18 Agrupamiento a Caballo de la Delegación Tláhuac, en 1998.
La investigación de Jäker, realizada para obtener su doctorado en el Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Libre de Berlín, Alemania, evidencia que las agresiones de los cuerpos policíacos hacia las detenidas “siempre llevan una connotación sexual”.
Sostiene que “los policías no respetan los derechos humanos de las mujeres. Es más: muchas veces parece que se dirigen exactamente a las mujeres como grupo vulnerable". Los insultos que los uniformados dirigen a las mujeres detenidas “siempre tienen una connotación sexual y muchas veces las amenazas se refieren a la posibilidad de violación”.
Jäker concluye que “cuando hay controles de policías, las mujeres siempre viven el peligro de sufrir tocamientos y tratos de abuso que casi cuentan como formas normales. Ahí se ve claramente el trato distinto a mujeres y hombres”. Los “tocamientos” y el método de “obligar a desnudarse”, también es una práctica común.
El operativo en la discoteca New’s Devine, donde hace 15 días perdieron la vida 12 personas, de las cuales 9 eran jóvenes y 3 de ellos adolescentes, evidenció, “una vez más que las agresiones sexuales por parte de la policía se dirigen en contra de mujeres jóvenes”.
Asimismo, observó la investigadora que la agresión contra la mujer tiene que ver con la demostración de “masculinidad y subordinación”, anotó. Un ejemplo son “las adolescentes de Tláhuac que en 1998 que tuvieron que servir a los policías: tuvieron que limpiar, cocinar, además del abuso sexual que sufrieron”.
Eran dos adolescentes de 13 y 15 años, junto con una joven de 18, que fueron detenidas por integrantes del 18 Agrupamiento a Caballo. Los uniformados las tuvieron secuestras y durante el encierro las violaron de manera tumultuaría y además eran obligadas a servirles.
Otra constante en los operativos es que los cuerpos policíacos obliguen a las jóvenes a desnudarse sin tener un motivo pericial.
En la capital existen otros casos similares a las que sufrieron las 34 adolescentes y jóvenes que denunciaron haber sido obligadas a desnudarse durante el operativo en New’s Divine, ubicado en la colonia Nueva Atzacoalco, en Gustavo A. Madero (GAM).
Entre los casos sucedidos antes está el de Nadia, de 18 años de edad, “detenida arbitrariamente y violada en el traslado al Ministerio Público en el 2003 y fue, además, obligada a desnudarse, una vez en la delegación”.
También el de Nadia Ernestina Zepeda, detenida el 23 de enero de 2003 sin alguna orden judicial o causa legal que lo justificara, junto con su novio y un amigo común, en la colonia Agrícola Oriental de esta ciudad.
Un caso más, conocido sólo por la recomendación 6/2004 de la CDHDF, es el de Nancy, a quien “la subieron a un camión blanco, donde la mantuvieron encerrada por más de 6 horas, metiéndole su cabeza a un bote con agua, a efecto de que aceptara todos los cargos que le imputaban e incluso fue objeto de abuso sexual y de insultos y fue amenazada de que si denunciaba a los policías tomarían represalias contra su familia”, menciona la politóloga.
Ingrid Jäker, concluye que la mayoría de las violaciones que sufren las víctimas de los cuerpos policíacos no se denuncian, porque “todos los ejemplos muestran que se corre un riesgo bastante alto cuando se denuncian casos así. Además de que representa “un alto grado de estrés y peligro para las mujeres y sus familiares”.
08/GCJ/GG