- Custodiados por agentes de seguridad, reclamaron que se apostó porque el caso se diluya
- Ante 30 de 129 legisladores convocados, la verde Sofía González dijo que “todo apunta a un crimen del narco”
Con personal de seguridad de San Lázaro todo el tiempo a sus espaldas, los padres de los 43 normalistas reclamaron a los legisladores:
ustedes tienen hambre de dinero y poder, nosotros de hallar a nuestros hijosFoto Jesús Villaseca
Roberto Garduño y Enrique Méndez
Periódico La Jornada
Jueves 24 de noviembre de 2016, p. 7
Jueves 24 de noviembre de 2016, p. 7
Custodiados permanentemente por el cuerpo de seguridad de la Cámara de Diputados, los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos cuestionaron a los legisladores que
no movieron un dedoen la búsqueda de sus hijos y en cambio apostaron al paso del tiempo para que el caso se diluya.
En la tribuna del Salón Verde del Palacio Legislativo, y en una reunión a la que sólo asistieron 30 integrantes de los 129 que conforman las cinco comisiones legislativas que los recibirían, los padres demandaron que la Cámara exija a la Procuraduría General de la República (PGR) continuar la investigación y modificar la narrativa de la indagatoria e insistieron en su demanda de utilizar la tribuna del salón de plenos.
Detrás de cada uno de los familiares que se dirigieron a los diputados fueron apostados permanentemente tres guardias de la Dirección de Resguardo de la Cámara. Antes de entrar fueron revisados en sus pertenencias y la mesa directiva ordenó cerrar todas las entradas del edificio principal.
En la reunión, por momentos, los escasos diputados que acudieron al encuentro se dedicaron manipular sus teléfonos móviles.
Mario César González se los reprochó: “Es una tristeza que no estén todos, es una irresponsabilidad, pero así se manejan. Algunos voltean a otro lado, se distraen, porque no les interesa saber la verdad.
Cómo me gustaría que tengan conciencia de que el fuero les hace daño, porque tienen mucha hambre de poder y dinero; para los 43 padres el hambre es encontrar a nuestros hijos. Ya basta de que jueguen con nosotros. No nos importa si se dan millones de aguinaldo mientras el pueblo no tiene para un pollo rostizado.
La intervención de la diputada Sofía González Torres (PVEM) indignó a los familiares de los desaparecidos.
Primero, dijo que si bien ella aún no es madre, entiende el dolor de los padres por sus hijos. No obstante, enseguida dijo:
es una salida fácil establecer quién es el culpable, de que el Estado es el culpable. Todas las pruebas apuntan a que fue cometido por personas dedicadas al tráfico de enervantes.
Felipe de la Cruz de la Cruz dijo que si bien está detenido el ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, no se le ha consignado por desaparición forzada ni se ha determinado quién es el autor intelectual.
Son vidas las que estamos buscando, no puestos políticos ni dinero, porque lo han ofrecido para callar a estos padres. Para nosotros los pobres el tesoro más grande son nuestros hijos. Qué bueno que la diputada no es madre todavía, por eso habla con esa insensibilidad. Y se ve por qué está en esta cámara: aquí entra cualquier persona que se arrastre, expresó.
De la Cruz se sacudió la camiseta, tomándola entre los pulgares e índices, y soltó a los diputados:
Miren cómo andamos los del pueblo, con ropa regalada, no la compramos porque ya no alcanza ni para eso. No como los que tienen traje y andan en limusina.
En el formato aprobado para el encuentro se permitió hablar a seis padres, y después intervenciones de los diputados.
El legislador Víctor Manuel Sánchez (MC) cedió su participación a Nicanora García González.
La madre del normalista Saúl Bruno García relató entre lágrimas: “Su único delito es querer un futuro mejor. Quería prepararse para ayudarnos como gente humilde, gente campesina, donde no llegan los maestros y un día me dijo:
“–Mami, me voy a preparar para maestro.
“–No, hijo.
“–Sí, mami, porque ustedes han sufrido mucho y quiero ayudarlos.
“Contento se fue a esa normal para aprender y compartir sus estudios con los niños que lo necesitan. Y no hemos sabido de nuestros hijos. No andamos por dinero, un trabajo o un puesto. Andamos luchando para que nos digan la verdad.
Fueron policías uniformados los que se los llevaron y ellos saben dónde. Que nos los entreguen. Al amanecer, al anochecer, no puedo estar tranquilo. No sé si come o no, si está vivo o muerto. Si lo están golpeando o qué le están haciendo.
El abogado Vidulfo Rosales insistió en que hay distintos escenarios de agresión en Iguala.
Decir que la verdad absoluta y que el basurero de Cocula lo explica todo es una mentira total. Sólo provoca dolor adicional, la revictimización, indicó.