miércoles, febrero 17, 2016

El “no” del Papa a los padres de los 43, es un “no” a los de 27 mil desaparecidos, dicen familias

Al no reunirse con los padres de las víctimas, que representan a los más de 27 mil desaparecidos en México, el Papa envía un mensaje de desánimo que no abona a la visibilización de la tragedia que se vive en el país, opinaron jefes de familias aglutinados en grupos civiles y que, por años, han denunciado la crisis y demandado justicia para sus hijos.

 Foto: Luis Barrón, SinEmbargo
El tema de los desaparecidos perseguirá al Papa durante su gira por México. Foto: Luis Barrón, SinEmbargo
Ciudad de México, 12 de febrero (SinEmbargo).– La resistencia del Papa Francisco a reunirse con los padres de los 43 desaparecidos de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa envió un mensaje de desaliento al resto de los familiares de los más de 27 mil desaparecidos en México durante los últimos años, opinaron padres y madres entrevistados por SinEmbargo.
El coordinador general de la visita del Pontífice a México, Eugenio Lira, informó a los medios de comunicación, un día antes del arribo del Papa a la Ciudad de México, que no se reunirá con los padres de los 43 porque hubo más solicitudes de familiares de desaparecidos a través de colectivos.
Hoy, durante un breve encuentro con la prensa abordo del avión papal, Francisco dijo no saber aún si se encontrará en privado con los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa y mencionó que intentará hablar claro sobre la situación de derechos humanos en México.
“Lo haré e intentaré ser claro, hablar claro”, respondió el Pontífice a los cuestionamientos de la prensa.
Antes, una fuente de El Vaticano filtró que sólo habría tres espacios reservados para ellos en primera fila de la misa del de despedida del Papa.
Aunque la Santa Sede argumentó que hay varios colectivos que deseaban entrevistarse con el Papa, miembros de la organización Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos de Coahuila (Fundec) –una de los más importantes porque aglutina alrededor de 500 familias de desaparecidos en el norte del país– informaron que tampoco a ellos los recibirá.
El Papa, rumbo a México. Foto: AP
El Papa, rumbo a México. Foto: AP
“Nosotros lo intentamos. Irán cinco al evento que tendrá en Ciudad Juárez, pero no podemos llevar lonas ni nada. Estamos pensando qué hacer para que nos vea, necesitamos que se vea lo que está pasando en este país con los desaparecidos”, dijo María Elena Salazar Zamora, madre de Hugo Marcelino González, desaparecido el 20 de abril de 2009 en Torreón, Coahuila.
Salazar Zamora expuso que el Papa está obligado a no dejar pasar desapercibida la tragedia de las desapariciones en México, y la negativa a reunirse con los padres de los normalistas le resta esperanza al resto de padres y madres que desde hace siete años luchan por encontrar a sus hijos.
“Para que vea y se dé cuenta de la magnitud de lo que está pasando. Los políticos le van a enseñar lo bonito. Nosotros intentamos de mil modos acercarnos, porque no podemos ir a Roma. Vemos con tristeza que las cosas políticas pesan más que las víctimas”, expuso.
La mujer recordó que durante los siete años de fundada la organización Fundec, ninguna de las madres ha dado con el paradero de sus hijos.
“Si el Estado mexicano no ha podido dar una respuesta a los padres de los 43, que desaparecieron en masa, imagínese a nosotros que son menos visibles que se fueron uno en uno. En lo personal sí me deja un mensaje de desaliento, porque después de seis años que tiene desaparecido mi hijo, en el único que confiamos es en Dios y pues si él [Francisco], que está más cerca de Dios no nos hace caso, ¿para dónde voltea uno?”, dijo.
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“ES UNA OBLIGACIÓN”
Clemente Rodríguez, padre del normalista Cristian Alfonso Rodríguez, planteó que hubiera sido un “gran impulso” para el caso de los 43 que el Papa los recibiera.
“Ahora sé que no se va a manifestar en apoyo a los padres, no los que tienen familiares desaparecidos, sé que no lo va hacer. No dirá ‘estoy con los 43’, no lo hará”, opinó.
El padre del normalista desaparecido el 26 de septiembre de 2014, junto con sus otros compañeros, añadió que la visita del Papa Francisco era una buena oportunidad para impulsar la búsqueda de sus hijos y del resto de los miles de desaparecidos.
“Le iba a doler al Gobierno, porque mucha gente conoce al Vaticano, puede presionar. Finalmente él como sacerdote, como ser humano, es su obligación, porque está prestando un servicio a la gente, para que se lleve bien, no haya pleitos entre familias, no haya muertes, ni desaparecidos”, indicó.
Carlos Hermilo Orozco Benítez, tío de tres de los desaparecidos en Tierra Blanca, Veracruz, José Benítez de la O, de Bernardo Benítez Arroniz y de Mario Arturo Orozco Sánchez, expresó que el Papa está obligado a reunirse con las víctimas, pues no es suficiente hablar del tema con el Presidente Enrique Peña Nieto.
“La cosa es que si habla, va hablar con las personas principales que están haciendo los levantones. Con el Gobierno. Le van a decir que no pasa nada, que todo está bien. Tendría que haberse reunido con víctimas.
Ayer la organización Amnistía Internacional (AI) consideró, a través de un comunicado, que México, en vísperas de la visita de Francisco, enfrenta una crisis de derechos humanos de proporciones epidémicas.
“Que ha convertido las desapariciones, la tortura y los brutales asesinatos en señas de identidad del país”. “Cuando ponga su pie en Ciudad de México, el papa Francisco se encontrará ante una de las crisis de derechos humanos más alarmantes de América”, afirmó Erika Guevara-Rosas, directora del Programa Regional para América de Amnistía Internacional.
“Desde las decenas de miles de personas que han desaparecido hasta el uso generalizado de la tortura y el aumento del número de asesinatos de mujeres, pasando por la absoluta falta de capacidad para investigar los crímenes, los abusos contra los derechos humanos se han convertido en un compendio de México”, dijo.
Amnistía instó al Papa a usar su “poderosa influencia para persuadir al gobierno del presidente Peña Nieto”, a tomar en serio la crisis de derechos humanos combatiendo la impunidad.

“Sólo tomando medidas concretas y firmes para poner a esos criminales ante la justicia comenzará el gobierno mexicano a abordar esta arraigada crisis”, estableció.