miércoles, mayo 27, 2015

A 8 meses de la desaparición de normalistas, marchan en la capital para exigir justicia

Mario César González, padre de César Manuel, estudiante de la normal de Ayotzinapa desaparecido, saluda a la integrante de la asociación Madres de Plaza de Mayo, Nora Cortiñas, durante la marcha de la Caravana Sudamérica 43, en Buenos Aires. En la movilización participaron mexicanos residentes en Argentina y organizaciones sociales y humanitarias, como parte de la campaña internacional para evitar que se cierre el caso Foto Xinhua
Con menor poder de convocatoria, las manifestaciones derivan en enfrentamiento
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Durante la marcha en favor de los normalistas que se realizó en la ciudad de México, un grupo de manifestantes retiró propaganda electoral y la quemó, lo que derivó en un enfrentamiento con granaderosFoto Carlos Ramos Mamahua
Laura Poy y José A. Román
 
Periódico La Jornada
Miércoles 27 de mayo de 2015, p. 9
La 12 Acción Global por Ayotzinapa concluyó en medio de una trifulca, luego que elementos de la policía capitalina se enfrentaron con algunos manifestantes. Minutos antes, padres de familia de los 43 normalistas desaparecidos habían exigido al gobierno federal la aparición con vida de sus hijos y la instalación inmediata de una mesa de negociación para que los expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos se entrevisten con integrantes del 27 batallón de infantería ubicado en Iguala, Guerrero, a fin de abrir nuevas líneas de investigación.
Los familiares de los estudiantes desaparecidos sentenciaron, a 12 días de la jornada electoral: si no tenemos a nuestros hijos, no habrá comicios. Recordaron que son ocho meses de espera para conocer el paradero de sus seres queridos.
Nos han quitado la vida, andamos como muertos en vida. A mí, como gente pobre, me duele que me hayan quitado a mi hijo. Es inocente y no se ha hecho ninguna investigación. Prefiero morir antes de regresar a mi casa sin mi hijo, señaló el padre de una de las víctimas de los ataques a estudiantes ocurridos en Iguala el 26 y 27 de septiembre pasado.
Poco después de las 18:00 horas, cuando se daba por concluido el mitin frente al Hemiciclo a Juárez con la quema de decenas de carteles y mantas de propaganda electoral que retiraron durante el recorrido de las marchas, un oficial motorizado intentó apagar el fuego con un extintor, hecho que generó la molestia de los asistentes.
El comienzo de la trifulca
Jóvenes que acudieron a las movilizaciones y que partieron por la mañana de cuatro puntos distintos del Distrito Federal, lanzaron piedras a los uniformados, quienes en un primer momento se replegaron, para luego reagruparse e iniciar la persecusión de algunos manifestantes. El saldo preliminar fue de una persona consignada –José Antonio Arce, de 36 años– un granadero con quemaduras leves, mientras que Luis Rosales Gamboa, subsecretario de Operación Policial capitalina, resultó con una lesión leve en el rostro.
Horas antes, padres de las víctimas, estudiantes, maestros disidentes e integrantes de organizaciones obreras y sociales partieron desde las estaciones del Metro Zaragoza, Indios Verdes, Taxqueña y Auditorio, con destino al Zócalo. Sin embargo, los elementos policiacos bloquearon todas las rutas que podrían llevar a la Plaza Constitución, lo que obligó a los manifestantes a tomar rutas alternas y confluir finalmente en el Hemiclo a Juárez.
Luego de casi ocho horas de marcha por las principales avenidas de la ciudad de México, los contingentes realizaron mítines ante diferentes instancias, como la Cámara de Diputados, la Procuraduría General de la República, la embajada de Estados Unidos en México, el antimonumento de Paseo de la Reforma y Bucareli en memoria de los 43 desaparecidos, e incluso frente a Televisa Chapultepec.
Los familiares de los normalistas reconocieron que esta 12 Jornada Global por Ayotzinapa no tuvo la convocatoria de acciones anteriores. Sin embargo, los asistentes respondieron a coro ¡No están solos, no están solos! Desde el templete instalado en el Hemiciclo a Juárez advirtieron al gobierno federal: No vamos a permitir que siga con una política que le apuesta al olvido. No permitiremos que nuestros hijos sean el olvido, porque no son los únicos que nos hacen falta, son miles.
Epifanio Álvarez, padre de Jorge, uno de los normalistas desaparecidos, narró que desde hace ocho meses han abandonado sus casas y campos de cultivo. Ya perdimos casi un año de cosechas. Estamos viendo que pronto va a llover, pero mientras no aparezcan los muchachos, no tenemos ganas ni ánimos de volver a trabajar. Seguimos esperando aquí, a que nos los regresen.
(Con información de Mirna Servín)