miércoles, diciembre 12, 2012

Crónica de la búsqueda de libertad de Rita Neri, la única mujer aún presa del #1DMx



11 DICIEMBRE, 2012
Autor. Valentina Pérez
Esta mañana, a las nueve, sonó el celular de Hortencia. Era ella. Para aceptar la llamada del Reclusorio tenía que presionar el uno. Mientras desbloqueó el teléfono la llamada se perdió. Era ella. Ahora que está sin las otras 10 presas, la familia no sabe nada. Están angustiadas ¿Qué pasa con Rita Emilia?
Hortencia Moctezuma, tía de Rita Emilia Neri Moctezuma –la única mujer consignada en el#1DMx que sigue encarcelada– lleva dos horas esperando al senador Alejandro Encinaspara exponerle el caso de su sobrina. Aseguran –familiares, defensores de derechos humanos, analistas- que el de Rita es un caso político, por lo que políticamente también se debe actuar.
Todo empezó el sábado 1: Rita, Ana Lilia Yépez y su novio Obed Echavarría estaban en la calle 5 de mayo cuando fueron apresados y trasladados al Ministerio Público (MP) número 50.
Rita primero informó de su situación a sus primos -no quería preocupar a su mamá-, sus primos a su tía Hortencia y finalmente ella y su mamá llegaron al MP para intentar verla.Cercos de granaderos impedían el acceso: a una primera fila, le seguía una segunda de policías antimotines. No podían pasar, tuvo que hablar a través de un megáfono “Somos familiares de una de las detenidas”.
Cuando pudieron rebasar el cerco de seguridad la cantidad de detenidos, más de 100, hacía que el número de familiares fuera difícil de manejar. Órdenes cruzadas hacían más caótica la espera y la incertidumbre: hagan una fila, hagan dos, anótense en una lista…
Hortencia pudo ver a Rita casi hasta la media noche. La espera duró horas y la visita segundos. Estaba bien. Tranquila. Confiaba en la inocencia que le daba no haber sido aprehendida en los lugares de mayor confrontación, por lo que tenía la confianza de salir pronto.
Después de un largo sábado llegaron de regreso a su casa en Aragón casi a las cuatro de la mañana del domingo. Ese día no supieron nada de Rita, fueron en la tarde al MP, pero el caos continuaba. Las autoridades dividieron a los familiares: en una fila quienes no hubieran podido ver a su detenido la noche anterior y en otra quienes sí; ellas estaban en ese segundo grupo por lo que su caso ya no era prioridad.
Se sentaron en una banqueta, a espaldas del cerco de granaderos, a esperar. La cantidad de policía se empezó a robustecer, ellas paulatinamente quedaron más acorraladas y Hortencia pensó “¡Dios mío! qué vamos a hacer si a nosotras también nos cogen. Ya las tres adentro ¿quién va a pelear por sacarnos?”. La acción de los granaderos se desplegó por la marcha que llegó hasta el MP, ante lo acalorado de la situación Hortencia y la mamá de Rita se regresan a la casa.
Lunes 3. En la madrugada reciben una llamada. Era ella. Todo iba a estar bien, mañana la podrían ver y quizá también, por fin, la liberarían. Estaba esperanzada, la salida se intuía cerca.
Horas más tarde ella, junto a 10 detenidas más, son trasladadas al Reclusorio Santa Martha Acatitla. A la familia de Rita no le avisan. Se enteran más tarde, ya demasiado tarde.
Martes 4. Todos los casos de los presos del #1DMx son puestos a disposición del Juzgado 47. La familia, que hasta ahora se había apoyado de los abogados de la liga 1D, decide contratar a una abogada particular, la licenciada Esmeranda Villaseñor, para que lleve el caso de Rita. La abogada no encuentra nada, al parecer no tiene ninguna imputación de cargos individuales, saldrá pronto, “Saldra pronto” repite Hortencia, no hay pruebas para mantenerla detenida.
Miércoles 5. Presentación de testigos. Rita saldrá pronto, todos lo dicen. Tiene 22 años y sus compañeros de carrera, así como sus superiores en el hospital donde realizaba su servicio social, realizaron campañas en redes sociales y recabaron datos sobre su historial académico y su vida particular y profesional que pudieran demostrar la integridad de Rita, sus preocupaciones y aspiraciones más allá de una detención.
Jueves 6. “Yo nunca había pisado una prisión” dice Hortencia. Le llevaron comida a Rita, la saludaron. Pasaron lo que su tía bautizó como el Túnel del terror; tanto terror que ya no quiere seguir hablando… “Ya no le puedo contar más”, Rita sigue ahí, ya sin las otras mujeres en su misma situación.
El domingo 9 cuando se anunciaron los nombres de los liberados, el de Rita, junto a otros 13, no fue pronunciado. Sigue tras las rejas y como lo pronunció el vocero de la fundación Prodh la forma en que fueron aprehendidos el primero de diciembre fue irregular y por ende su derecho a la defensa también se vio afectado. ¿Qué pasará con Rita? Hay rumores de que le quieren imputar ser la cabecilla del movimiento que alteró la paz pública. El reto será que el Estado debidamente lo pruebe, si es verdad y que se le permita, más allá de las irregularidades del caso, tener un proceso digno