domingo, diciembre 28, 2008

Insiste el gobierno en construir un aeropuerto en Atenco, acusa el FPDT


■ Cascada de denuncias en el Festival Mundial de la Digna Rabia

Georgina Saldierna

Una lluvia de denuncias sobre abusos perpetrados contra comunidades mexicanas, así como experiencias de organización y de lucha, se presentaron ayer en la segunda mesa de trabajo del primer Festival Mundial de la Digna Rabia, convocado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Desde problemas de desabasto de agua hasta el incremento de tarifas eléctricas, pasando por las agrupaciones creadas tras la crisis económica de Argentina, fueron algunos de los tópicos que se plantearon en la reunión, organizada con base en dos temas principales: Las cuatro ruedas del capitalismo: explotación, despojo, represión y desprecio, y Los otros caminos: otra ciudad, otros movimientos sociales, otra historia y otra política.

En la sesión matutina de este sábado se abordó el subtema Despojo, y en la vespertina el de Otros movimientos. Ahí, la representación del Frente de los Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), encabezada por doña Trini, esposa del dirigente Ignacio del Valle Medina, condenado a 112 años de cárcel, resaltó que el gobierno federal no ha cejado en su intención de construir un aeropuerto en Texcoco.

“Ahora dicen que se levantaría en terrenos federales, pero el daño ecológico que van a provocar va a ser el mismo”, resaltó, para enseguida manifestar que los habitantes de San Salvador Atenco continúan en la defensa de su tierra.

Ante decenas de personas que se dieron cita en el lienzo charro de Iztapalapa, a unos metros de la Cabeza de Juárez, las representantes del FPDT señalaron que siguen luchando por la liberación de sus presos, al tiempo que blandieron sus machetes y recibieron el aplauso de quienes las escuchaban.

Pidieron no dejar de levantar la voz contra las injusticias y los abusos, y luego hicieron un reconocimiento al EZLN, “ejemplo de lucha y dignidad”.

Luego vinieron habitantes de la costa de Chiapas, quienes se quejaron de las altas tarifas de la Comisión Federal de Electricidad. Los recibos llegan hasta por 15 mil pesos, señalaron, pese a que cuentan con pequeñas viviendas con no más de tres focos y los enseres domésticos básicos.

Por su parte, jóvenes estudiantes presentaron un trabajo sobre la urbanización en municipios del estado de México ubicados al norte del Distrito Federal, y cómo los antiguos habitantes han perdido su identidad con la tierra. La zona se ha convertido en dormitorio, afirmaron.

Un integrante del Movimiento Ambientalista de Veracruz aludió al crecimiento desordenado en Jalapa y a los problemas de abasto de agua, así como a la falta de atención de los gobiernos estatal y municipal.

Recordó que se han hecho manifestaciones y anunció que en enero volverán a movilizarse, a la vez que una representación del Comité contra las Regasificadoras relató su lucha por impedir la construcción de plantas en la frontera entre México y Estados Unidos, por los peligros que representan para la población.

Las exposiciones de colectivos y organizaciones se sucedieron a lo largo de mañana y tarde, con un intermedio para la comida, mientras en otra parte del lienzo siguieron funcionando los pabellones donde se ofrece información sobre los grupos participantes, sin faltar la venta de videos, colguijos y ropa típica.

Entre las personas que recorrían el lugar se mezclaban jóvenes extranjeros y mexicanos. Muchos llevaban cámaras fotográficas y de video, con las que captaban todo lo que sucedía en el festival.
La intención es llevar a sus lugares de origen un testimonio de lo que sucede en el encuentro. Entre los asistentes resaltaron las cineastas venezolanas Liliane Blase y Lucía Lamanna.

Los organizadores del festival colocaron un escenario –antes de los pabellones– donde se programó la presencia de grupos musicales, así como una carpa para mostrar videos sobre luchas sociales y una exposición fotográfica.

Por la tarde, en la mesa de trabajo no sólo se escuchó a colectivos del país, sino también de otras partes del mundo.
De Argentina llegó un representante de una biblioteca popular, quien recordó la crisis económica que vivió su país y la exigencia de que se fueran todos los políticos. Tras esa experiencia, señaló, “la población empezó a ver la realidad con otra subjetividad”.