lunes, junio 12, 2006

Evento de dislocación en Coyoacán

En el evento de dislocación en Coyoacán, realizado por mujeres sin miedo.
11 de Junio de 2006.

Buenas noches, yo en realidad pasaba por aquí, vi que había mucha bulla y me asomé; quería contarles un cuento, el cuento al revés:
Había una vez una mujer que no era todavía mujer, que era niña, se llamaba diciembre porque, como su nombre lo indica, había nacido en noviembre, y como el calendario habría de vestirse con todos los climas que pasan por un año. Una niña que apenas se asomaba al mundo con una pregunta: ¿qué quiere decir ser mujer?
Y con esa pregunta empieza a caminar y no sabe todavía que no terminará de responderla hasta que su vida termine; pero esta vez, esta niña espera un cuento:
Había una vez una mujer sentada, de pie, acostada, caminando, con el terror en la mirada; el responsable de ese terror es un hombre, una institución, un gobierno, un sistema. Esa mujer será agredida, atacada, violada y todos los sinónimos que para la violencia contra las mujeres hay en todos los diccionarios del mundo. Había una vez otra una mujer que sentada, de pie, acostada, caminando, sueña que es libre, que la angustia no la desvela ni dormida ni despierta, otra una mujer sin miedo.
Había una vez otras más, muchas mujeres de todos los colores, de todos los tamaños, de todas las lenguas, luchando sin miedo contra el terror que el hombre le impone en su rostro de individuo, de institución, de gobierno, de sistema. Había una vez estas mujeres, las sin miedo, presas unas, otras en el escenario, otras, las más en la calle, en el trabajo, en la casa, en la escuela, en todos los rincones de esto que llamamos mundo. Había una vez una niña esperando que le cuenten un cuento, todas, todos quienes tenemos el corazón coronado con la dignidad tenemos que decidir que cuento le vamos a contar a esa niña, el del terror o el del sueño. Y sonará paradójico, pero para decidir que cuento le contaremos a la niña que espera, asomándose al mundo con una pregunta, tenemos que decidir qué hacer frente al Atenco del tres y cuatro de mayo y frente a todos los atencos que se perpetran todos los días y a todas horas, en la casa, en la calle, en el transporte, en la escuela, en el trabajo, en la recreación, en el deporte, en la cultura, en la comunicación, en el arte. Ni modos, así nos tocó, tenemos que tomar una decisión de lucha para poder decidir que cuento le contamos a una niña, decidir entre aceptar que la realidad es una pesadilla o luchar por convertir esa la realidad en el sueño de libertad que nos motiva. Tenemos que decidir porque, contra lo que se pueda pensar, las pequeñas realidades, lo cotidiano, se ilumina con las grandes decisiones que se toman en la sombra de nuestros corazones.
La niña espera el cuento y un inicio afortunado de respuesta a la pregunta ¿qué quiere decir ser mujer?
Queremos agradecer a estas mujeres sin miedo, a las presas, a las que aquí se congregan y especialmente a las artistas que han participado en este evento, gracias a ellas podemos empezar sin miedo a contar un cuento que empiece así: Había una vez…
Gracias.

Subcomandante Marcos

En Coyoacán, durante las jornadas nacionales de movilización de la otra, 11 junio